Bola 8 sin mesa
Xalapa, Ver; 15 diciembre 2025.- Hablar de este episodio es como ver una partida de billar político jugada por alguien que siempre creyó tener todas las bolas, menos la blanca. Allá por octubre de 2023, Eric Cisneros se paseaba inflado de poder, presumiendo que él había “invitado” a Rocío Nahle a Morena, como quien presume haber descubierto el fuego o inventado la rueda. Se sentía heredero natural del trono que ocupaba el deslucido Cuitláhuac García, y lo decía sin rubor, con esa seguridad que solo dan la soberbia y los malos asesores.
Rodeado de colaboradores “brillantes” —brillantes como foco fundido— y algún textoservidor entusiasta, Cisneros se lanzó a una campaña más interesada en subrayar el origen zacatecano de Nahle que en construir una propuesta propia. Era el clásico juego del poder: si no puedo ser rey, al menos diré que la reina no nació aquí.
Pero la política, como el humor negro, no perdona. Hoy bastó una frase seca, institucional y demoledora de Rocío Nahle para mandar a Cisneros al rincón de los recuerdos incómodos: no hay relación alguna con el personaje conocido como “Bola 8”. Sin aspavientos, sin drama, sin explicaciones.
Y así, el que decía tenerlo todo terminó con nada. Ni mesa, ni bolas, ni partida. Solo el eco de una carambola perfecta, pero en su contra.