Falla el Secretario de Salud en garantizar insumos; Nahle interviene para corregir el desorden

Xalapa, Ver; 9 dicembre 2025.- Aunque la gobernadora Rocío Nahle García aseguró que la fórmula láctea para bebés de madres con VIH sí se está distribuyendo en Veracruz, su declaración terminó exhibiendo lo que muchas organizaciones civiles han señalado desde hace meses: la Secretaría de Salud no está funcionando con la eficiencia ni la sensibilidad que requiere un tema tan delicado.

La denuncia de la activista Patricia Ponce, una de las voces más serias y constantes en defensa de mujeres con VIH, no surgió por capricho ni por falta de datos. Surgió porque, en campo, madres vulnerables estaban reportando desabasto. Y si una activista con años de trabajo comunitario eleva una alerta pública, es porque la falla ya había llegado demasiado lejos.

Lo más revelador es que la gobernadora se enteró del problema por la nota periodística y por la denuncia de Ponce, no por un reporte de su secretario.
Eso, por sí mismo, deja en evidencia la falta de control, supervisión y seguimiento dentro de la Secretaría de Salud bajo la dirección de Valentín Herrera.

“Cuando vi que Paty estaba comentando eso, dije: a ver, tenemos que apoyar”, reconoció Nahle.

Traducción política:
el secretario no informó, no previó y no atendió un riesgo que, en cualquier estructura funcional, debió haber sido monitoreado desde el primer día.

Porque estamos hablando de un insumo que salva vidas, que evita la transmisión materno infantil del VIH, y que NO admite retrasos administrativos ni desorden.

Sí, la gobernadora hizo lo correcto al intervenir de inmediato.
Sí, habló con el secretario.
Y sí, instruyó agilizar la distribución.

Pero lo que queda claro es que tuvo que entrar personalmente a corregir algo que nunca debió descomponerse.

Además, aunque Nahle atribuyó a “privacidad” la negativa de entregar un listado de beneficiarias —lo cual es correcto desde el punto de vista legal— ese punto no responde a la denuncia original:
No era un tema de listas. Era un tema de fallas operativas.

Y esas fallas apuntan directamente a la Secretaría de Salud.

El discurso oficial dice que “hay fórmula suficiente”.
Pero si el producto estaba ahí, ¿por qué no se estaba entregando?
¿Por qué una activista con credibilidad tuvo que denunciarlo públicamente?
¿Por qué madres vulnerables tuvieron que buscar apoyo fuera del gobierno?

La acción de la gobernadora fue oportuna, pero también evidencia otra cosa:
en Salud, alguien no está haciendo su trabajo, y la omisión afecta directamente a mujeres y bebés que dependen del Estado para proteger su salud y su vida.

La crisis se atendió… pero el problema de fondo sigue ahí:
la Secretaría de Salud opera con fallas que la gobernadora tiene que ir corrigiendo desde arriba.

Y eso, en un tema tan delicado como el VIH perinatal, simplemente no se puede permitir.