24 noviembre, 2024

Conoce el vídeo original de la prueba Trinity de Robert Oppenheimer

J. M. Sadurní

Xalapa, Ver., 06 de agosto 2023.- Robert Oppenheimer, el hombre que contribuyó de un modo decisivo a poner fin a la Segunda Guerra Mundial con el arma más devastadora creada por el ser humano, la bomba atómica, tuvo un auténtico dilema moral tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, y también tuvo que hacer frente a acusaciones que lo tildaban de ser comunista, por lo que fue llevado ante la justicia.

El 16 de julio de 1945, a las 5:29 horas de la mañana, la vida de un hombre cambió para siempre. Este hombre era el físico Robert Oppenheimer, director del conocido como Proyecto Manhattan (un proyecto creado por el gobierno de Estados Unidos destinado al desarrollo de armas atómicas). Cuando Oppenheimer presenció en Alamogordo, Nuevo México, la bola de fuego previa al hongo nuclear durante la prueba Trinity (nombre en clave que recibió la detonación del dispositivo nuclear) afirmó que el mundo ya nunca volvería a ser igual. Según cuenta la historia, el científico pronunció una frase extraída del poema épico hindú Bhagavad Gita: “Ahora me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos”.

Nacido el 22 de abril de 1904 en Nueva York, Robert Oppenheimer estudió filosofía, literatura e idiomas (se dice que tenía tanta facilidad para los idiomas que llegó a aprender italiano en un mes).

Oppenheimer se dedicó en cuerpo y alma al éxito del Proyecto Manhattan. Pero tras el estallido de las dos bombas atómicas en suelo japonés, en Hiroshima y en Nagasaki, el orgullo que había sentido Oppenheimer tras las pruebas de Nuevo México se convirtió en un terrible sentimiento de culpa. En una visita al presidente Harry S. Truman, Oppenheimer, y frente a un sorprendido presidente, dijo que sentía tener “las manos manchadas de sangre”. Cuando el científico salió, Truman, con el semblante demudado y visiblemente molesto, dijo que no quería volver a ver a nunca más “este mal nacido”.

En 1953, Oppenheimer fue acusado de haber mantenido vínculos con el comunismo y de haber protegido a sospechosos de serlo durante su estancia en Alamogordo. Aunque las acusaciones no pudieron probarse, le retiraron todas las acreditaciones de seguridad. Interrogado de manera despiadada e incluso humillado con detalles de su vida privada, Oppenheimer también fue acusado de estar en contra de la construcción de la bomba de hidrógeno. Según cuenta con todo detalle el historiador Gregg Herken en su obra Brotherhood of the Bomb (La fraternidad de la bomba), el gobierno estadounidense obligó a un general a declarar en falso y se llevaron a cabo de manera ilícita grabaciones telefónicas para implicar a Oppenheimer.

La Federación de Científicos Estadounidenses salió de inmediato en defensa de Robert Oppenheimer, convirtiéndolo en el símbolo de lo que puede llegar a ocurrir cuando un científico, tras hacer un descubrimiento polémico, se sume en un mar de dudas morales y por ello se convierte en víctima de una caza de brujas. En 1963, el presidente Lyndon B. Johnson le hizo entrega del premio Enrico Fermi de la Comisión de Energía Atómica, y en 1966 Robert Oppenheimer moría como consecuencia de un cáncer de garganta. En 2014, el Departamento de Energía de Estados Unidos publicó la transcripción completa y desclasificada de los juicios contra Oppenheimer, y a pesar de que muchos de los detalles ya eran conocidos, el material publicado confirmó que en realidad fue leal a su país y reforzó su imagen de científico brillante perseguido por la burocracia, los celos profesionales y víctima de un juicio injusto.

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