Repite Adolfo Ramírez Arana en el PRI Veracruz pese a resultados electorales a la baja y militancia mermada
Xalapa, Ver., 28 de diciembre de 2025.- En medio de cuestionamientos internos, desgaste electoral y una militancia visiblemente reducida, Adolfo Ramírez Arana rindió protesta —por segunda ocasión— como presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI en Veracruz para el periodo 2025-2029, acompañado por Carolina Gudiño Corro como secretaria general.
Aunque el acto fue presentado como una jornada de “unidad y reconciliación”, diversas voces dentro del priismo veracruzano señalan que la ratificación de Ramírez Arana representa la continuidad de una dirigencia con pobres resultados electorales, marcada por derrotas consecutivas, pérdida de presencia territorial y una base militante cada vez más disminuida.
La fórmula encabezada por Ramírez Arana fue la única registrada, situación que para sectores críticos del partido refleja la falta de competencia interna real y el cierre de espacios a perfiles alternativos, justo cuando una parte del priismo exige un cambio profundo y no más simulación.
El evento fue encabezado por Jorge Meade Ocaranza, secretario de Organización del CEN del PRI, quien validó el proceso y llamó a la apertura y reconciliación. Sin embargo, militantes inconformes cuestionan que el discurso de inclusión contraste con la realidad de un partido que ha perdido cuadros, comités inactivos y respaldo ciudadano, especialmente en zonas clave del estado.
Durante su mensaje, Ramírez Arana aseguró que las puertas del PRI están abiertas para quienes se fueron, pero críticos internos advierten que el problema no es la falta de invitaciones, sino la ausencia de autocrítica y de una renovación real en la conducción del partido, luego de años sin resultados competitivos frente a Morena y otras fuerzas políticas.
El nuevo dirigente estatal lanzó duras críticas al partido en el poder y aseguró que el PRI se prepara para recuperar espacios; no obstante, analistas y militantes señalan que el priismo veracruzano enfrenta hoy uno de sus momentos más débiles, con estructuras debilitadas, bajo posicionamiento electoral y una dirigencia que, pese a los malos números, vuelve a repetir.
Con esta designación, el PRI en Veracruz opta por la continuidad en lugar de un viraje de fondo, mientras crecen las exigencias internas por una renovación radical, autocrítica real y liderazgo nuevo que permita al partido salir de la crisis que arrastra desde los últimos procesos electorales.