Alan Sayago

Una Visión Ciudadana.

✍️ Alan Sayago Ramírez

Xalapa, Ver., 19 de septiembre 2025.- En México, ser joven entre 15 y 29 años debería ser la etapa de construir un proyecto de vida. Sin embargo, en la práctica, es la etapa de sobrevivir con sueldos bajos, empleos informales y la incómoda pregunta familiar: “¿y para cuándo te sales de la casa?”.

Según datos recientes, más de 3.3 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años trabajan en la informalidad, incluso dentro de empresas formales o el gobierno. Esto significa que carecen de seguro social, prestaciones y acceso a créditos de vivienda. De los que logran un empleo formal, apenas un 18% cotiza en el IMSS. Y sin cotización, olvídense de la casa propia; apenas se puede aspirar a pagar renta y a veces ni eso.

Nos dicen que los jóvenes prefieren gastar en celulares, conciertos o viajes en lugar de ahorrar. Claro, porque con sueldos que apenas cubren la renta de un depa compartido con tres roomies, lo lógico es renunciar al enganche de una casa (que equivale a 20 años de tandas) y gastarlo en ver a Bad Bunny. ¿Prioridades? No, realidades.

Lo más curioso es la edad promedio de independencia. En México, los jóvenes se independizan casi a los 29 años. Es decir, el “grito de independencia” se da casi a la misma edad en que en otros países ya tienen casa, perro y hasta hipoteca. Para comparar:

✅ En Suecia, los jóvenes dejan la casa de sus padres a los 19 años.
✅ En Francia y Alemania, alrededor de los 23 años.
✅ En Estados Unidos, la media ronda los 24-25 años.

En México, seguimos en modo “niveldifícil desbloqueado”: a los 29, muchos apenas logran salir de la recámara de la infancia, donde todavía cuelga el póster de Dragon Ball.

Y ojo: no es que los jóvenes no quieran independizarse. El problema es estructural. Las rentas absorben hasta el 47% del ingreso mensual, los salarios mínimos no se emparejan con el costo de vida, y el crédito de vivienda sigue siendo un privilegio para unos cuantos.

Mientras tanto, el discurso oficial sigue apelando a “la juventud como el futuro de México”. Sí, pero un futuro que no llega. Porque con trabajos precarios y viviendas inalcanzables, la independencia no es una etapa natural, es un lujo.

En este país, es más fácil comprar boletos de reventa para Taylor Swift que un departamento de interés social. La verdadera independencia no se celebra el 15 de septiembre; se celebra el día que un joven logra pagar su primera renta sin pedirle prestado a los papás. Y créanme: eso sí que es un grito de libertad

𝗔𝗹𝗮𝗻 𝗦𝗮𝘆𝗮𝗴𝗼 𝗥𝗮𝗺í𝗿𝗲𝘇.
Delegado de la asociación política Estatal GAMEC, licenciado en Derecho, maestro en política y gestión pública y Doctorante en Derecho.

Redes Sociales: @alansayagor

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