¿Y Sedarpa?: Plaga de hongos destruye los cañales de Veracruz

Hace pocos meses en la zona de Chetumal, Quintana Roo, el gusano barrenador de la caña y el hongo Fusarium sacchari arrasaron los campos azucareros y hundieron la producción anual, provocando cuantiosos daños a miles de agricultores. El gobierno tuvo que erogar grandes recursos económicos para apoyar a los afectados y mitigar su sufrimiento económico, del que sin duda, pasarán años, antes de recuperarse.
En Veracruz ha existido también esa preocupación y desde abril no duermen los productores de municipios como Actopan, Úrsulo Galván, Puente Nacional y La Antigua.
El tema es delicado porque los conocedores afirman que en el lapso de un año, el gusano barrenador y el hongo pueden invadir gradualmente toda una propiedad o parcela, ocasionando plantas más cortas o de plano su pudrición y mermando la producción entera, como ya ocurre en el ejido Matanovillos y en diversas parcelas de la carretera a Mozomboa.
Pero mientras esto ocurre en el Veracruz real, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del gobierno del estado (Sedarpa), donde ¿vacaciona? el contador Rodrigo Calderón, un empresario de los cítricos, exalcalde y exdiputado de Martínez de la Torre, el titular tiene y mantiene preocupaciones menores, como puede visualizarse con lo que informa la página web de su dependencia.
Pareciera que el moho y la autocomplacencia invadieron e inutilizaron el área del desarrollo agropecuario que tanto preocupa a la gobernadora Nahle.
Veracruz es el principal productor de azúcar del país y este asunto debería estar entre las prioridades del funcionario, quien cuando menos podría haber enviado algún mensaje de tranquilidad al campo cañero, o pudo haber resuelto el tema de los fertilizantes y pesticidas (alguna vez se detectó que en la zona de Cardel se han aplicado 20 plaguicidas diferentes con efectos diversos). Y debió haber gestionado apoyos gubernamentales para este caso, y en lo general, esforzarse en atacar el bajo desarrollo agroindustrial que se observa a lo largo de la entidad.
Pero eso no es todo lo negativo en ese importante sector veracruzano, que tiene sembradas más de 300 mil hectáreas, con 19 ingenios azucareros, de donde dependen 70 mil productores y sus familias.
También, don Rodrigo podría decir que pasó con la Ley del Café, que tanto utilizan mediáticamente algunos políticos dicharacheros, o informar qué se hace con el gusano barrenador del ganado, además de las miles de moscas para liquidarlo, o qué se hace para contrarrestar el abandono del campo por falta de recursos, cambio climático o sequías.
Recordemos que el estado tiene casi 3 mil 800 ejidos y alrededor de medio millón de campesinos y que como entidad federativa, estamos entre los principales estados productores de alimentos.
Y sucede que los veracruzanos ya se cansaron de tanta figura e imagen, de tanto rollo y de los festivales a granel para distraer; también de tanta ética de actas y comités, de tanta burocracia inútil y costosa y de pasar el tiempo inventando en escritorios “el estricto cumplimiento” de objetivos y manuales administrativos.
Debiéramos preocuparnos todos, porque puede no haber zafra, y con ello atestiguar pérdidas económicas incuantificables si el fenómeno se extiende en el territorio. Resulta urgente invertir recursos financieros y contener el problema con medidas de emergencia.
Pero si Rodrigo Calderón tiene compromisos más importantes que los de su cargo, señalados en la Ley, mejor que desocupe la oficina, porque en Veracruz fácilmente se pueden encontrar 10 mil candidatos de buen nivel para ese relevante puesto.
¿O habrá tanto compromiso con ese señor? Creemos que la ingeniera Rocío Nahle tendría que ordenar acciones inmediatas y resolver esas irresponsabilidades tan evidentes en la Sedarpa.