Contrapunto

Miguel Ángel Gómez Ruiz
Incoherencias y sinsabores
No sólo yo lo he pensado, sino muchos, que en algún momento esa unión que pregonan los morenistas, desde la presidente hasta el más oscuro regidor, va a fracturarse y está visto y debemos entenderlo, ni siquiera el menos listo que siga a este partido estará todo el tiempo sometido a lo que digan los de arriba, los que mandan y creen controlarlo todo.
Es verdad, aunque usted no lo crea hay muchos simpatizantes de Morena a los que no les agradan los hijos de López Obrador, sobre todo el mayor que siempre presume su riqueza, o Andy que se conduce como si fuera el dueño del partido. Hay otros a los que no les agradan Fernández Noroña o Adán Augusto López o bien Andrea Chávez, Luisa Alcalde o la misma Altagracia.
Pues las adhesiones de Rubén Rocha y Miguel Ángel Yunes Márquez calaron hondo en el sector morenista, ese pueblo que jamás decide nada pero que forma parte de los pretextos de Morena para seguir con ese discurso de que gobiernan para todos, pero que en realidad solo ha servido para que ellos se vuelvan más ricos, con más casas y autos de lujo y ese pueblo siga rogándole a Dios tener un poco de dinero para comer.
De Rubén Rocha Moya todos sabemos qué clase de tipo es y no dudo que ante la acometida de Estados Unidos sería uno de los primeros sacrificados de este gobierno para obedecer las disposiciones de Donald Trump. Rocha ha sido mencionado por sinaloenses de estar involucrado o por lo menos, ser permisivo para que el crimen organizado actúe a placer en ese estado y él, al rato salga todo turulato a decir que no pasa nada.
El caso de Miguel Ángel Yunes Márquez sí es más preocupante porque los veracruzanos se acostumbraron a que desde el poder le atacaran sin cesar y al ver que no contaban con los votos suficientes para aprobar la reforma judicial, le presionaron y a la mala, le convencieron para que les diera el voto que les faltaba y ahora sí, todos contentos.
Pero fue un voto que representó un alto costo pues se dice que no sólo le desaparecieron carpetas con supuestas pruebas para encarcelarlo, sino que él mismo se atrevió a afiliarse a Morena. Desde luego, eso no debe espantar a los morenistas, pues tienen en sus filas a asquerosos senadores del PRD y el PAN; también a Alejandro Murat, a tantos otros que fueron unas “fichitas” y que hoy gozan de libertad, poder y recursos y lo más triste, los más fieles de Morena, inclusive aquellos que formaron parte de su creación ni siquiera han recibido un gracias de los que hoy gozan del poder.
Fue la gobernadora Rocío Nahle la que alzó la voz para inconformarse con la adhesión a su partido de Yunes Márquez, pues ella no llegó con el pie derecho a la gubernatura luego de que se anunciara que ella y su esposo, adquirieron mansiones en Coatzacoalcos, Alvarado y Estados Unidos con sus pensiones de Pemex. Vaya.
Envió un escrito al partido y logró convencer a unos cuantos gobernadores (as) para que le apoyen. Imagine usted, hasta el líder de Morena en Veracruz, Esteban Ramírez Zepeta también se inconformó y protestó por esa adhesión, pues según ellos Yunes Márquez no tiene esos “códigos de honor” que tienen ellos.
Según me había confiado un conocido que labora en el gobierno, todo iba viento en popa para que en 2030 el candidato a la gubernatura de Veracruz fuera el actual secretario de gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil, sin embargo, el acercamiento de Yunes Márquez con la presidente, con Adán Augusto López y hasta con Andy López Beltrán lo convierten en el favorito para ganar la nominación, mas no la gubernatura.
Y pues, vaya usted a saber, pero el rápido ascenso de Yunes Márquez se debe, quizás, a la misma presidente Claudia Sheinbaum quien habría aprobado que él presida la Comisión de Hacienda, algo que se decidió desde palacio nacional.
O sea, las tribus veracruzanas de Morena sólo tienen dos cosas qué hacer, o aceptan o aceptan, no tienen más opciones, con todo y los entripados de Rocío Nahle que mantiene una antipatía muy particular con sus vecinos cercanos, los Yunes.
PD Si el PAN va con Indira Rosales y Marijose Gamboa por las alcaldías de Veracruz y Boca del Río, respectivamente, no sólo estará respondiendo a los intereses de los Yunes, sino que no son candidaturas ganadoras. Hubiese sido más conveniente ir con Francisco Ávila Camberos y Humberto Alonso Morelli que ya gobernaron allí y lo hicieron bien, pero ahora sí, se puso en riesgo a ambos municipios si se los entregan a Morena. Pobres, qué futuro tan horrible si eso pasa.