24 noviembre, 2024

Vendrán tiempos difíciles para titular del PJEV.

Nota de opinión

Miguel Ángel Gómez Ruiz

Xalapa, Ver., 04 de octubre 2021.- El inusitado poder que reflejó en los últimos días la presidente del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, Isabel Inés Romero Cruz, se perderá en los próximos meses.

Y aunque ella no lo crea, así ocurrirá, pues el gobernador Cuitláhuac García Jiménez –a pesar de no ser muy listo- no permitirá que lo embarren en los problemas que ha ocasionado Romero Cruz, sobre todo por el pésimo manejo de los recursos y el mal funcionamiento de ese poder en el último año.

Por ello es que muchos estiman que en abril, cuando cumpla sus 70 años, Isabel Inés Romero Cruz deberá dejar el poder. Y si fuera antes, mejor.

El propio gobernador sabe que se entrometió demasiado al influir para que colocaran a Romero Cruz como presidente, siendo que no tiene ni los estudios, ni la experiencia y mucho menos la calidad moral para encabezar un poder tan importante.

Lo mismo ocurre con la Legislatura local, por mucho que la mayoría de quienes la integran –y los que vienen- sean ignorantes sobre la ley y la justicia, no querrán quedar embarrados en los numerosos conflictos en que se envolvió la presidente del Poder Judicial.

Al final, se darán cuenta que imponer gente sin conocimientos provocó un caos del que no pueden salir y mucho menos, seguir dando concesiones y recursos cuando el Poder Judicial parece un barril sin fondo.

La misma Isabel Inés Romero Cruz sabe que no hay mucho qué informar. Desacató los resolutivos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al no devolver sus cargos a los magistrados Roberto Dorantes Romero y Marco Antonio Lezama. Ella sabe que está en un hoyo del que no puede salir y sabe que la única solución es que ellos tengan sus cargos nuevamente.

Lo mismo ocurre con el caso de la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, magistrada con calidad de inamovible mediante un decreto emitido en noviembre de 1997 por la Legislatura local y a la que despidió, sin tapujos.

En los tres casos ella sabe que no tiene razón. Los tres magistrados –por capricho de Romero Cruz- no han cobrado su salario, dos de ellos desde hace un año y la magistrada Castañeda desde hace dos meses. El detalle es que si los tres vuelven tendrá que pagarles todo, no importa el monto, sino todo lo que les afectó con su decisión.

Romero Cruz también sabe que no hay un proyecto definido para aplicar la justicia digital y pareciera ignorar que algunos cercanos a ella hacen y deshacen en sus cargos. Varios de sus empleados ganan salarios altos y es difícil creer que se los hayan rebajado.

Ella misma sigue gozando, de acuerdo a una persona cercana, de un salario de 280 mil pesos mensuales, cuando otros de sus compañeros han dejado de cobrar su salario completo, tal y como lo marca la Constitución.

En fin, no vienen tiempos buenos para Isabel Inés Romero Cruz. Ella está –o se cree- empoderada, pero la situación se le pondrá más difícil con el paso de los días. Pronto cumplirá 70 años y el tiempo no pasa en balde, no.

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!