Tan grave es el Covid-19 como el gobierno de Cuitláhuac García en Veracruz
Minerva Salcedo Baca
En México, al 19 de mayo, había 11 mil 394 casos de coronavirus en trabajadores de la salud, 149 han muerto y el personal sanitario en el país trabaja en condiciones inseguras, sin equipos de protección y bajo amenazas en esta pandemia, situación indignante para el país entero. El gobierno de la 4T no ha hecho lo necesario para corregir las deficiencias del sistema público de salud; al contrario, las agudiza, como fiel representante del neoliberalismo. En momentos tan críticos y dolorosos para la población, hace de la mentira su arma privilegiada para gobernar, oculta los verdaderos casos de contagios y muertes por coronavirus. Esto sucede tanto a nivel federal como estatal. En Veracruz, Cuitláhuac García se ha comportado como un adocenado de segunda del presidente, pero con acentuada corrupción y sin aplicar el recurso ya asignado para el sector salud, lo que agrava las enfermedades que de por sí padecemos en la entidad.
Hace unos días el Secretario de Salud del estado, Roberto Ramos Alor, declaró que es mucha la población en riesgo de contagio por Covid-19, pues 12 de cada 100 habitantes mayores de 20 años padecen diabetes y 23 de cada 100 son hipertensos. En niños, jóvenes y adultos, 7 de cada 10 padecen sobrepeso y obesidad. La tasa de incidencia en abril era de 1.3 casos de Covid-19 por cada cien mil habitantes y para mayo ya es de 22.6. De por sí ya sabían que la diabetes mellitus es la segunda causa de muerte de los veracruzanos; que el estado ocupa el primer lugar en diabetes infantil a nivel nacional y el quinto en jóvenes y adultos con obesidad, lo que se relaciona con enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Si se tiene clara la elevada vulnerabilidad de los veracruzanos ¿qué ha hecho este gobierno morenista para combatir las causas que originan dichas enfermedades y que ahora son caldo de cultivo para el coronavirus?
Por si fuera poco, Veracruz también tenía, hasta el 20 de mayo, 774 casos confirmados de dengue (Secretaría de Salud, “Informes Semanales para la Vigilancia Epidemiológica de Dengue 2020”), lo que coloca al estado en el nivel más alto de incidencia de dengue del país. Varios de los enfermos tienen el Dengue Grave (DG), que llega a ser mortal por la acumulación de líquidos, dificultad respiratoria y hemorragias graves. En 2019, Veracruz ocupaba el segundo lugar a nivel nacional con 10,902 casos de dengue confirmados y 37 defunciones; en el 2018 hubo 2,706 casos y 12 defunciones (SS). ¿Qué hacen los morenistas del sector salud para cuidar la vida de los veracruzanos?
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (INEGI), el gobierno de Cuitláhuac García resultó ser uno de los más corruptos de la 4T; la corrupción creció en 24.9% durante 2019 referida a la de 2017. El pasado 14 de mayo, Colegios de Médicos y Enfermeros del estado enviaron un largo oficio al gobernador para cuestionarlo sobre el destino de los recursos etiquetados para el sector salud que no están siendo aplicados. Le exigieron un “trato digno, justo, solidario y respetuoso”; el personal manifestaba que su “integridad física y mental no ha sido salvaguardada por la Institución para la que laboran, ni por el Estado y los decesos de sus compañeros han sido minimizados de manera ruin” (8 al 19 de mayo).
En dicho escrito señalan también que el Presupuesto de Egresos de la Federación le asignó a Veracruz 4,264 millones de pesos para prevención y atención de emergencias sanitarias, daños a la salud y vigilancia de riesgos sanitarios. Además, el pasado 24 de marzo, el Secretario de Salud anunció 291.5 millones para medicamentos y equipo para combatir la emergencia. De esto, muy poco se ha visto materializado, pues desde el 18 de marzo, ante los primeros casos del coronavirus en la entidad, el personal tuvo que comprar sus propios equipos de protección y en algunos casos no los dejaron usar para no generar alarma. En otros casos, los hospitales recibieron donativos de algunas empresas y tampoco los entregaban a los trabajadores. Entre la población del estado, al 22 de mayo, había 2,607 contagios y 348 muertes, distribuidos en 121 municipios.
Son constantes las manifestaciones del personal médico en varios municipios para reclamar falta de material que los proteja, por presiones y amenazas que tienen de sus jefes para hacerlos laborar en condiciones de alto riesgo y jornadas extenuantes. En Coatzacoalcos, 12 médicos tuvieron que ampararse para no trabajar así y el doctor que se quedó para atender a los pacientes ya está contagiado por Covid-19 y hospitalizado en el Puerto de Veracruz. Destacan 2,360 solicitudes de transparencia al Gobierno de Veracruz sobre Covid-19 (sólo en el período del 17 de marzo al 13 de mayo), versadas sobre la cantidad de recursos económicos destinados a la emergencia, las medidas preventivas, de seguridad, pruebas realizadas, etc. Pero el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información no pide la información a los sujetos obligados, sólo reporta que 95 de dichas solicitudes ya están contestadas. Esperar transparencia en este gobierno de Cuitláhuac García tan corrupto y mentiroso, parece una utopía.
Apenas arribaron a Veracruz 215 médicos cubanos para apoyarnos con el coronavirus. Según el Banco Mundial, Cuba tiene 8.4 médicos por cada 1,000 habitantes, una de las tasas más altas del mundo, México sólo tiene 2.4. La isla en materia de salud es ejemplo de lo que un pueblo logra si se organiza y lucha; antes de su revolución estaban en salud pública igual o peor que nosotros ahora, también se encontraban sometidos por el neoliberalismo. Hoy son ejemplo en el mundo entero, aplicaron lo dicho por el líder histórico de su revolución, Fidel Castro: “los servicios médicos deben ser una convicción, un deber elemental. Pero no visto desde el ángulo moral, sino desde el ángulo de la conveniencia política, hay que dedicar más atención, más recursos a los servicios de salud”. Esto también lo queremos los mexicanos, por eso debemos exigirle a AMLO y a Cuitláhuac atiendan la salud del pueblo, para que estemos sanos y más prevenidos ante cualquier pandemia. ¿Será exagerado exigirlo?