24 noviembre, 2024

SELECTIVO Y ESCASO APOYO PARA LOS DAMNIFICADOS

Andi Uriel Hernández Sánchez

Han pasado 11 días desde que el huracán Grace de categoría 3, azotó con furia tierras veracruzanas, hasta el momento se han contabilizado daños en cuando menos 60 municipios del norte y centro de la entidad y se calcularon a poco más de 868 mil damnificados en toda la entidad. Los daños materiales son incontables, sin embargo, el apoyo gubernamental ha ido llegando a cuentagotas a las diferentes colonias y comunidades que se vieron afectados.

El gobernador del estado, Cuitláhuac García Jiménez, anunció el lunes que el gobierno disponía de un fondo de 114 mdp para atender los daños ocasionados por el desastre natural en los municipios que fueran declarados en estado de emergencia. El pasado domingo se confirmó que, hasta el momento, solo 43 municipios han sido considerados en esta categoría, por lo que solo en estos se han desplegado algunas brigadas para retirar árboles y cables de energía eléctrica caídos y para desbloquear algunas carreteras que quedaron incomunicadas. Sin embargo, las pérdidas más sentidas de la población: viviendas, sembradíos y fuentes de ingresos, no han sido atendidas de ninguna manera.

Durante su conferencia de prensa del día 27 de agosto, por ejemplo, el gobernador Cuitláhuac García, anunció que se habían distribuido poco más de 30 mil paquetes alimentarios a los damnificados en la Huasteca baja y la sierra del Totonacapan (una cifra muy pequeña tomando en cuenta la cantidad de damnificados), de las cuales, la inmensa mayoría ha provenido de las donaciones de los ciudadanos y de la iniciativa privada. Un ejemplo muy sencillo: en el municipio de Ilamatlán, colindante al estado de Hidalgo, el DIF estatal entregó 800 despensas, contra 3 mil provenientes de los centros de acopio que instalaron los ciudadanos en algunos puntos de la entidad.

Por otro lado, el presidente de la República, en su visita a Veracruz el pasado 24 de agosto, anunció que “no se escatimarían recursos para atender todas y cada una de las afectaciones”, y que se desplegarán a elementos de la Secretaría de Bienestar, Protección Civil y SEDENA para levantar censos casa por casa a los afectados por Grace, “que se repondrán láminas y electrodomésticos a todos los que sufrieron pérdidas”. Dichas las cosas así, suenan muy bonitas, sin embargo, la realidad está demostrando que sus promesas se quedarán solo en eso.

Desde hace cinco días iniciaron los censos, principalmente en los 42 municipios declarados inicialmente en estado de emergencia, y han salido a relucir una serie de irregularidades en su aplicación.

El pasado viernes, a la colonia Margarita Morán Véliz del municipio de Papantla, en donde 200 familias sufrieron serias afectaciones en sus hogares, desde destechamientos hasta pérdida total de sus viviendas, llegó una brigada de Servidores de la Nación para realizar el censo de los damnificados, sin embargo, en lugar de realizarlo casa por casa como se prometió, únicamente acudieron a las casas de quienes simpatizan con Morena, a algunos los identifican porque aún tienen propaganda de la pasada campaña electoral.

Los funcionarios únicamente llevaron 50 formatos de encuesta, para un universo de 200 afectados y, naturalmente, provocaron la irritación del resto de habitantes de la colonia que los increparon y les exigieron que censaran a la totalidad de los colonos. Ante la negativa de los funcionarios, los retuvieron un instante hasta que los obligaron a comprometerse a regresar con más formatos, se retiraron con ese compromiso. Llegó la noche y no volvieron.

La irritación de los colonos no era para menos, durante la semana habían realizado dos manifestaciones en la cabecera municipal y ninguna autoridad estatal o federal les ofreció algún tipo de ayuda. La prensa nacional dio cuenta de la dimensión de su tragedia, absolutamente ninguna familia quedó exenta de sufrir algún tipo de pérdida. Sin embargo, les quedó claro que los apoyos, como ocurrió en el caso de Tabasco, solamente serán entregados a unos cuantos, mientras que miles de afectados se quedarán esperando.

En la conferencia presidencial se dijo que se apoyaría a los campesinos que perdieron sus sembradíos. Sin embargo, recientemente una comisión en representación de más de 600 productores de plátano, limón y maíz de los municipios de San Rafael, Martínez de la Torre, Tlapacoyan y Nautla, que perdieron 900 hectáreas de sembradío, acudieron a las oficinas de la Sedarpa, para solicitar algún tipo de apoyo para recuperar su producción, de ello depende su supervivencia económica y la de miles de trabajadores que cada temporada se emplean en el corte y el empaquetado de los productos. La respuesta de la dependencia fue tajante: el gobierno estatal no tiene recursos para atender su problemática, no hay ningún seguro de gastos catastróficos contratado, como en gobiernos anteriores, para brindarles el apoyo.

Se les aseguró que la Secretaría del Bienestar federal se haría cargo de su problemática. Sin embargo, en los censos que se están realizando solo se están considerando afectaciones en viviendas. Parece que la 4T dejará en la deriva a los campesinos. Para este caso en concreto, los productores de plátano aseguran que les tomará hasta 2 años recuperar todo lo que perdieron con el embate de Grace. En todo ese tiempo, deberán endeudarse para poder sobrevivir.

Es realmente contradictorio que en los gobiernos corruptos del pasado la ayuda humanitaria en casos de desastre fluyera más rápido y que en el gobierno de la supuesta honestidad, prevalezca la indiferencia y la lentitud en el socorro a las familias que necesitan ayuda inmediata. Miles lo perdieron todo y lo único que les han pedido es que se queden ¿en casa?, esperando que alguien llegue a encuestarlos. Dicho mecanismo será, por sus propias características, demasiado lento y, para cuando finalmente la ayuda empiece a fluir, habrán pasado semanas quizá meses del siniestro, el apoyo, como en el caso de Tabasco, no llegará para todos y solo servirá para hacer fanfarria mediática.

A estas alturas ya no hay duda, tras la desaparición del Fondo Nacional para Desastres Naturales el año pasado, no existe ningún plan ni recursos seguros de los que el gobierno pueda echar mano y atender las afectaciones como las del huracán Grace, en su lugar, ahora solo hay grandilocuentes promesas a largo plazo. Una vez más, la 4T abandona a la inmensa mayoría del pueblo a su suerte y utiliza las desgracias para lucrar electoralmente. Mucho peor que en los gobiernos del pasado, lo que prueba, otra vez: que éste no es, de ninguna manera, un gobierno al servicio de los humildes.

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