Poder Judicial, magistrados y jueces corruptos
Miguel Ángel Gómez Ruiz
Xalapa, Ver.
Aunque bajo el mando de Edel Álvarez Peña no hubo mejoras, con la administración de las morenistas Sofía Martínez Huerta e Isabel Inés Romero Cruz, el Poder Judicial vino a menos, pues ahora sólo es una agencia de colocaciones, más no un santuario de la justicia, como quizá debiera ser.
Hay una profunda intromisión de otros poderes, comenzando por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, quien colocó a amigos allí, magistrados y jefes de departamento, al igual que Eric Cisneros que colocó a su novia Carla Rodríguez y del mismo líder del Congreso, Juan Javier Gómez Cazarín que podría estar envuelto en la firma del contrato con la empresa que se encarga de la limpieza del lugar, entre otras gracias.
Desde octubre de 2019 a la fecha, ingresó un gran número de personas, la mayor parte de ellas ajenas a la actividad judicial y que poco a poco se han adueñado del lugar. Los líderes sindicales, tanto del organismo titular así como el democrático han sido auténticos floreros que no han hecho nada por los suyos.
Posteriormente vino el escándalo entre Sofía Martínez Huerta y Eric Cisneros, hasta que el secretario de gobierno, que hace lo que le viene en gana, decidió que era hora de cambiar de titular y colocó allí a Isabel Inés Romero Cruz, la misma que estaba jubilada y que fue reactivada por haber estado cerca de Morena, pese a un oscuro pasado en que estuvo a punto de ir a la cárcel por violar la Ley de Amparo.
A pesar de sus enfermedades que hacen que se encierre en su despacho las pocas horas que asiste y que se mantiene en forma tomando –de acuerdo a sus más cercanos- alcohol con crucetillo, Romero Cruz sigue nombrando a jueces sin preparación y protege a otros que en el pasado no rindieron buenas cuentas, como es el caso de Benito Vergara, al que han acusado de cobrar dinero para emitir sentencias a modo.
Han sido varios abogados que acusaron a Vergara de solicitar cantidades que oscilan los 50 mil pesos para favorecer a quienes quieren evadir la justicia. De su actuar ya lo sabe Isabel Inés Romero Cruz y ella lo ha seguido protegiendo.
Benito Vergara carece de experiencia en materia civil, pues se desempeñó en áreas familiar y penal, sin embargo, se siente protegido pese a que ya no está Edel Álvarez, quien lo promovió como magistrado interino.
Como juez de primera instancia, incurrió en violaciones a su cargo, pues ha cometido una serie de omisiones que perjudicó a quienes estaban seguros que recibirían un fallo favorable, en tanto que se dedicó a recibir dinero mal habido. Del mismo modo, se ausenta mucho de su área de trabajo para cumplir con encargos de la presidente Isabel Inés Romero Cruz.
Su caso ya se hubiera dado a conocer al interior del Consejo de la Judicatura, pero ni hay sesiones ya que todos los que ingresaron por recomendaciones se dedicaron a las campañas, muchos a apoyar a candidatos y varios jueces –por órdenes de Isabel Inés Romero Cruz y del gobernado Cuitláhuac García- a meter a la cárcel a todos aquellos candidatos a quienes consideraron un riesgo.
Por donde quiera que se vea, ni el Poder Judicial ni mucho menos el Consejo de la Judicatura, meten en cintura a los malos jueces.
Al final, todos sabían que Isabel Inés Romero Cruz no tenía capacidad para dirigir al Poder Judicial y hoy ya se ven las consecuencias.