25 noviembre, 2024

Por: Noé Vázquez

En Don´t Look Up (Adam McKay, 2021) una astrónoma de nombre Kate Dibiasky, interpretada por Jennifer Lawrence  y su mentor, el astrónomo Randall Mindy, interpretado por Leonardo DiCaprio, descubren un cometa cuya trayectoria indica que impactará directamente a la Tierra, en particular, en alguna de región de Chile. La cinta, que ya se encuentra en la plataforma Netflix, es una superproducción en la que parece que no tuvieron reservas al elegir un casting que incluye a Meryl Streep, Johan Hill, Cate Blanchet, Timothée Chalamet, Mark Rylance, Ariana Grande.

Un cometa se acerca a la Tierra con el  consiguiente pánico que provoca en algunos, sabiendo que será un evento catastrófico capaz de aniquilar el planeta entero, un par de astrónomos interpretados por Jennifer Lawrence y Leonardo DiCaprio, tratan de advertir a los líderes mundiales y a los medios de comunicación acerca de los peligros del citado objeto.

Dicho evento provocará las más variadas reacciones. La película nos refiere, de manera cómica, una realidad representada con todos nuestros vicios; un mundo tal y como es: hiperconectado, esclavo de los rituales del espectáculo, mediatizado, telemático y dominado por una élite que explota el monopolio de la información, los macrodatos, las comunicaciones, los algoritmos, la inteligencia artificial y la carrera espacial entre empresas privadas.

En esta realidad, en donde el ochenta por ciento de la riqueza se concentró en una minoría de superricos cada vez más poderosos, Don´t Look Up no cesa de describir nuestra actualidad en cada detalle: en lo social, en lo político, en lo cultural. El cometa y la posible destrucción de la tierra será un sacudimiento que habrá de catalizar lo mejor y lo peor de nosotros. Al final, ese mismo evento aniquilador solo será parte de la sociedad del espectáculo.

En esta cinta de Adam McKay impera el negacionismo y la estupidez. Hace un retrato no muy edificante de las mayorías que, llegado cierto momento, deciden no creer en el poder un posible escenario apocalíptico para corear el discurso de sus gobernantes. En este caso, el manejo político de una presidenta de Estados Unidos encarnada por Mery Streep.

Don´t Look Up hace una crítica mordaz a una sociedad que desprecia y desconoce el saber científico y se decanta por una actitud despreocupada y frívola; cuestiona el enfoque frívolo de los medios de comunicación a quienes solo les importa el nivel de audiencia y también, la visión de los poderosos, a quienes no  les importa sacrificar a las masas para promover su agenda particular. Es el caso del magnate de la información, Peter Isherwell, interpretado por Mark Rylance, el CEO de la compañía BASH, un conglomerado de empresas que lo controlan todo: desde ventas, hasta compañías de comunicaciones y proyectos relacionados con el espacio. En ese personaje se reúnen las figuras de Elon Musk, Jeff Bezos, Tim Cook, Mark Zuckerberg. Isherwell no duda en usar la información que tienen sobre el cometa para enviar una misión para minarlo y destruirlo –ya que se sabe que el cometa es un yacimiento de metales preciosos-.

En mundo con retos estúpidos o challenges, influencers, youtubers, interacciones en Instagram y en Twitch, tiktokers, y memes, se presume que el apocalipsis provocará reacciones inmediatas que van desde los trágico a lo cómico. En este sentido, la obra tiene ciertos toques de comedia y de sátira social. Leonardo DiCaprio interpreta a un astrónomo un tanto histérico, con problemas de úlcera, ataques de pánico y fases de depresión. Un consumidor de Xanax y Zoloft que también tiene problemas con la presión arterial. La labor del doctor Randall Mindy es ambigua, al principio trata de convencer a la presidenta y a los medios de comunicación acerca del peligro del evento que se acerca y termina enganchado sexualmente con una comunicadora interpretada por Cate Blanchet y trabajando para los intereses del gobierno quien intenta a toda costa apaciguar la histeria colectiva detonada por el desastre inminente. La actuación de DiCaprio explota muchas facetas dramáticas y por la cantidad de líneas de diálogo que le otorgan, el actor aporta un gran nivel de complejidad a su personaje. Jennifer Lawrence representa, con su personaje de la doctora Dibiaski, el estereotipo de la joven con corte de copete, un tanto hostil y expresiva hacia el cinismo del mundo y las personas que le rodean.

Don´t Look Up, a pesar de su festividad visual, lo elevado de su presupuesto y su gran atención a los detalles, causa sensaciones ambiguas. Por momentos, la cinta se siente floja y su argumento da la impresión de no dirigirse a ningún lado. Las cosas mejoran a partir de la segunda mitad. Desgraciadamente, no es de esas obras que parecen provocarte ese empellón de emociones que uno espera de una película tan ambiciosa y sospecho que se quedará como una de tantas cintas relativas al apocalipsis.

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