23 noviembre, 2024

La línea delgada entre mi opinión y la tuya.

Por: Julio Vallejo

Disfrutando de una de las mejores regiones de México.

Nos cuesta trabajo relajarnos; que hacer con tu vida.

El COVID hizo que las jornadas de horarios de trabajo en casa aumentaran, ya que para el jefe era flexible el hablarte a la hora que fuera y que necesitara algo; ¿te imaginas que tu jefe te hable a tu casa en plenas vacaciones en un horario de 7:30 am y te diga?, ¡oye… donde puedo conseguir una coca cola bien fría!. En ese preciso momento, es cuando me cuestiono, qué tan importante soy en la oficina.

Después de que mi jefe interrumpiera los brazos de Morfeo por una coca, prendo la televisión y como plato de menú de fonda, ósea siempre lo mismo, veo y escucho que “el alcalde de Celaya declara que a él no le toca evitar los homicidios”, terminando esa nota sale otra donde la alcaldesa de Tijuana se manifiesta bien aguerrida pidiéndole al crimen organizado cobrar las facturas a quienes no les pagaron lo que les deben, no a las familias no a los ciudadanos. Dijera Hans Pujenhaimer ¡Qué alguien me explique! Lo que está pasando.

Creo que es hora de desconectarse del trabajo y de las malas noticias, tomarse unas vacaciones.

Las decisiones se toman de manera rápida. Me pregunté y respondí, exacto, estás en lo correcto. Tomé mi vehículo, obvio el que gasta menos gasolina y emprendí la huida.

Pase muy despacio por donde estaba la mujer dormida no sea que la despierte y sé que se siente muy feo, luego tomé el arco norte por cierto igual de caro pero más rápido, vi que decía desviación a Celaya, dije ¡allá no!, mejor San miguel de allende.

Después de manejar 6 horas llegué a ese mágico lugar, donde automáticamente te transportas a la era colonial con su arquitectura barroca, donde la mayoría de sus calles son de piedras y el colorido de las casas hacen conjunto con ese bello jardín del cual podrás observar, esa enorme fachada churrigueresca del siglo XVIII.

Posteriormente de caminar por esas bellísimas calles, llegó la hora de degustar un riquísimo vino y un queso, a lo que decidí partir a otro mágico lugar. Pasé por el cerro del cubilete, les dije adiós a mis tías las momias de Guanajuato y en lo que estaba disfrutando unas deliciosas fresas bañadas de crema y azúcar, escucho en la radio, han matado al hijo del alcalde de Celaya, ¡sí!; a ese que declaraba que él no le tocaba evitar los homicidios, terminando esa nota salió que en San Miguel de Allende se había armado una balacera en pleno centro. ¡Si, ahí donde estuve!.

El miedo me estaba paralizando, la adrenalina la tenía al cien, la azúcar se me estaba subiendo por las fresas con crema que me estaba comiendo, quería regresarme rápido, mi ritmo cardiaco estaba al máximo como si hubiera corrido un maratón, a lo que hice pausa y empecé a respirar y exhalar tres veces, me relajé y llegue a Querétaro.

Estando en esa ruta famosa del Queso y el Vino, sentí un alivio, relajación y más al estar pisando las uvas. En cada pisón que hacía, se me iban olvidando aquellas malas noticias, y para que se me terminara de despejar de la mente, mojé mi paladar con ese sabroso vino tinto hecho de uvas Merlot, ¡que delicia! Dios mío, que invento tan más maravilloso.

Malas noticias siempre habrá y los momentos más hermosos también, así que tú decide cual quieres vivir, o dijeran; morir en el intento, por el simple miedo de quedarte paralizado por no querer actuar. O tú qué opinas.

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