La línea delgada entre mi opinión y la tuya.

Por. Julio Vallejo
Conflagración de un putin… sin importarle un calcetín.
Medio ambiente, Política y Ciencia. El talón de Aquiles del mundo globalizado.
Aún recuerdo el juego del “stop”; este consistía en dibujar un círculo grande con divisiones, lo hacíamos en medio de la calle, “esa que es libre y muy segura”.
Desde aquí, ya identificaba las clases sociales y la economía de cada uno de mis vecinos, contando también con su intelecto educativo, ¿por qué digo esto?, ¡Pues resulta que Juanito siempre quería representar a México!, este juego consistía en poner su pie dentro del círculo y del país que representa.
Cuando se juntaban todos los pies dentro del círculo, era asombroso ver como cada uno que representaba a su país se podía identificar con él, Juanito usaba chanclas de pie de gallo dejando ver sus sucias uñas y pies polveados, mientras que el “Charly”, ¡bueno Carlos!, este usaba unos tenis blancos “converse” y representaba a los Estados Unidos, junto se ponía el Bony un gordito simpático y glotón, siempre traía botas militar, que por cierto le quedaban grandes, pues eran las que dejaba su papá el militar y representaba a Rusia, así se designaba cada uno. China muy pocas veces era representada, casi no sonaba en ese momento.
Ya estando todos de acuerdo que país seria, se ponía el pie dentro del espacio que representaba, y en ese momento un retador decía: “declaro la guerra, en contra de mi peor enemigo ¿Qué es?… solían decir el nombre del país y todos, menos el que elegían salía corriendo, este se quedaba a decir “stop” y tenía que calcular los pasos del país que quisiera declararle la guerra.
Era un juego muy bonito; hasta que después medí cuenta de la cruda y triste realidad de lo que es una “Guerra”. Durante el paso de los años comprendí que las guerras no son como yo las jugaba, así con esa inocencia y con castigos muy inocentes cada que se perdía.
Muestra de ello es la realidad que está pasando Rusia y Ucrania, una guerra entre dos países vecinos, que puede generar la tan temida para muchos y anhelada por otros, me refiero a la “Tercera Guerra Mundial”.
Lo que más me indigna, es que aún no salimos de una pandemia mundial, donde hubo un momento de reflexión, sufrimiento, pérdidas de seres queridos, pérdidas económicas, etcétera y no comprendemos realmente la importancia del ser humano mismo en el mundo.
Pareciera que las lecciones del pasado no sirven de nada, ya que volvemos a nuestro antiguo comportamiento y a esa conducta irracional, primitiva y hambrienta.
Por un momento pensé que podría darse la evolución política, social cultural y económica para todo el mundo, que las tensiones políticas y sociales pasarían a la historia y se dejarían como las más complejas de nuestras vidas.
Que lamentable es, que con estos conflictos armados, se tengan que perder vidas inocentes, como si no bastaran las pérdidas que ya tuvimos y seguimos teniendo con la pandemia.
Me queda claro que los humanos, somos muy malos a la hora de pensar en las consecuencias.
Como si no tuviéramos suficiente con el problema, de la salud mental y la educación, que nos deja esta enfermedad (COVID-19); donde la ciencia fue rebasada junto a la protección humanitaria y que decir del retroceso de algunas economías de los países más pobres del mundo.
Hubiera sido un gran momento para tomar las decisiones de los países de primer mundo en apoyar la economía global en especial de esos países que sufrieron más por la pandemia.
O porque no ir más allá, en ponerse de acuerdo y hacer un frente común entre las naciones, para crear una protección civil de calidad, buscar nuevas alternativas en la ciencia, en el medio ambiente, salud y tecnología.
Pero lástima, ¡no fue así! Este tiempo de Dios y del universo donde hizo un “stop” para meditar qué hacer y qué no hacer ha quedado en vano; ahora suframos la terrible decisión de nuestro propio infierno.
Por cierto: el “Bony” siempre le manchaba de lodo sus blancos tenis al “Charly”; mientras los otros simplemente se mofaban de él y les valía lo que pasaba , sin saber qué el día de mañana podrían ser sus zapatos los que estuvieran sucios.