La línea delgada entre mi opinión y la tuya.
Por: Julio Vallejo
Sindemia suma de dos o más epidemias.
#JusticiaBebé la doble pandemia.
Aunque usted no lo crea fue necesario, más no justo, el tomarme unos días de vacaciones, es por eso que me ausente por un par de días, pero aquí estamos de nuevo.
Quiero expresarles que mientras estaba en su casa porque hasta para eso, estos días de asueto fueron desde el hogar por la pandemia que estaba repuntando. No quedó de otra que estar viendo la televisión, haciendo el quehacer y cuidando de María, mi bebé.
Tenía años de no ver televisión abierta, tras optar por ver series en la plataforma de streaming de Netflix, ahora entiendo el por qué lo hice. Sin embargo, en ésta los refritos están a la orden del día.
Después de unos largos días de trabajos del hogar, he comprendido que las labores domésticas no se pagan pero si cuesta el hacerlas. Es decir, la señora se la pasa haciendo la comida, la limpieza del piso, lavar ropa, lavar los trastes – ¡sí!, esos que por cierto nunca dejas de lavar todo el día-, es el único lugar que limpias por la mañana por la tarde y por la noche y nunca dura aunque sea un día en que ese fregadero esté limpio, también tender camas y por último -no menos importante- atender al marido, ¡ah claro!, por supuesto, no menos importante pero sí necesario como las vacaciones. ¡Uy perdón! faltó el estar al pendiente y cuidado de los hijos.
Me encontraba en un rato de descanso, obvio para esto ya eran las 10:30 de la noche, prendo el televisor y veo en las noticas el caso del bebé Tadeo quien nació en el Estado de México, un recién nacido que murió a los tres meses por una infección generalizada por problemas digestivos el día seis de enero y fue enterrado por sus padres, mientras ellos pensaban que ya estaba descansando como todo un angelito, unos desgraciados porque no se les puede llamar de otra manera, lo desterraron y cuatro días después fue encontrado en el basurero del “Penal de San Miguel” en el estado de Puebla.
A este indefenso angelito ya después de muerto, lo desterraron, lo trasladaron más de 140 kilómetros de donde lo habían sepultado le hacen una cirugía de siete centímetros en su abdomen para agarrarlo de “mula” e introducir droga al penal.
Esta noticia me entristece y me lleva a especular, en qué estarán pensando las autoridades a la hora de sentenciar a personas que actúan de esta manera; yo, les daría pena de muerte, así como también me pongo a pensar, en la gran descomposición social que existe, no de ahora, si no de hace mucho tiempo en nuestro país y el mundo, donde las redes de macrocriminalidad se siguen manteniendo en la impunidad.
Nuestra sociedad ha perdido valores y principios, entre ellos los derechos individuales, estamos en una era que a pesar de ser globalizada, tiende hacer el retroceso del cavernícola donde cada grupo lucha por su territorio y sobrevivencia; sin embargo, hasta los neandertales enterraban a sus muertos y los protegían de los carroñeros.
No sé si sea tiempo de que entre un mecanismo internacional contra la impunidad en nuestro país, ya que con toda franqueza no se confía en nuestras autoridades, entre ellas el organismo autónomo de los “Derechos Humanos”.
Cabe hacer mención que esta no es la primera vez que se encuentra a un inocente en estas condiciones, en 2015 a la niña Ángela la encontraron dentro de una maleta abandonada. Tan solo en lo que va de la pandemia en México han sido asesinados cerca de dos mil niños y niñas, esto sin contar los más de tres mil niños y niñas desaparecidos.
Pareciera que esta pandemia ha generado que el estrés, la economía y la inseguridad detonen de una manera que afecta más a este sector. Los infantes han sido los más vulnerables no me cabe la menor duda, muestra de ello es el descuido, a pesar de que “los padres están en casa descansado”.
A cada niño dale amor y respétalo, para que sea un ser humano de confianza y amoroso, enséñalo a respetar para que sea confiable, recordemos que lo que pasa en tu hogar se ve reflejado en la sociedad.