La delgada línea entre mi opinión y la tuya
Por Julio Vallejo
Dragón rosa
Xalapa, Ver., 08 de noviembre 2023.- Es época de zafra. El aire se llena de cenizas dejando una estela de blancos negruzcos. De un rostro joven y teñido por el cansancio y el tizne, florece un diente blanco que no sabe si comerá hoy.
Su familia parece marimba chiapaneca. Año tras año viene hijo tras hijo.
-¿Por qué tantos hijos?, pregunto.
-No te pido dinero para mantenerlos, fue la respuesta tajante y correcta.
-Sumidos en un mar de precariedades económicas pero conservando la figura de familia tradicional: papá, mamá e hijos, pensé.
Hace un par de días, el presidente de China y líder del Partido Comunista, Xi Jinping, hizo pública su apuesta por “fomentar activamente un tipo de cultura matrimonial y maternal”, discurso enfocado a que las mujeres se casen y tengan bebés.
Su argumento es que se revertiría la crisis demográfica que atraviesan junto con la desaceleración de su economía, además de frenar en el país asiático el avance del movimiento feminista.
Hay un común denominador en ambos casos: minimizar a la mujer hasta reducirla a un instrumento de procreación, con roles tradicionales y arcaicos para un mundo globalizado.
Para combatir la violencia de género se requiere, entre otras cosas, que los hombres deconstruyamos nuestra propia masculinidad, romper el pacto patriarcal y, sobre todo, asumir que para el feminismo el enemigo a vencer no es el hombre, sino el patriarcado.