24 noviembre, 2024

Cuitláhuac García Jiménez, aprendiz de dictador y traidor del pueblo

Elihú Santiago Alcántara

El pasado lunes 30 de marzo en una conferencia de prensa que ofreció el gobernador del estado de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, una reportera de un medio de comunicación xalapeño le preguntó qué opinaba sobre las 10 propuestas que hacía Antorcha, para mitigar los estragos económicos que está generando la pandemia mundial del coronavirus entre la población más vulnerable, a lo cual, Cuitláhuac García se limitó a decir que “no era momento para estar buscando oportunismos políticos” descartando las medidas propuestas y dejando en claro que no se condonarán el agua y la luz para los más necesitados, ni se tomarán medidas que en realidad ayuden a los sectores más vulnerables del estado, que no los ayudarán siquiera con una despensa.

Las propuestas de Antorcha se derivan de que los veracruzanos sentimos un vacío en el poder, la indolencia del gobernador, que está en todo menos en misa. Incluso se pone a impartir clases en televisión, cuestión criticada por varios académicos, ya que la situación que estamos atravesando amerita de la inteligencia y sensibilidad del titular del ejecutivo en el estado. Maestros dando clases en línea ya hay muchos y mejores. Si le molesta que se le propongan medidas del tamaño que la realidad requiere, es porque él no ha asumido el papel que le corresponde.

Pues bien, el gobierno de Cuitláhuac responde a las propuestas hechas por el Movimiento Antorchista con intimidaciones vía telefónica, a amas de casa, estudiantes, artistas, entre otros, la represión también se adapta a la pandemia. Mostrando de esta forma el grado de enojo que le causa el señalamiento de lo inhumano que se manifiesta su gobierno al desamparar a los más necesitados.

No es la primera vez que el gobierno del estado responde con represión a las demandas legítimas del pueblo, habrá que recordar el desalojo violento que se llevó a cabo a 40 familias del fraccionamiento Villas Xalapa el año pasado, el desalojo del plantón de maestros en Cardel o la reciente golpiza que propinaron los policías a campesinos de Papantla el día de la inauguración de la Cumbre Tajín. Ya se esta volviendo cotidiana la respuesta del gobierno a los llamados del pueblo cuando piden justicia social. Esos represores de hoy ¿no eran la esperanza del pueblo ayer? Habrá que recordar que antes de llegar al poder, Cuitláhuac era uno de los críticos mas furiosos de los antiguos gobiernos, denunciando los actos de sabotaje y represión de que eran víctimas los morenistas.

Y, sin embargo, el gobierno de Cuitláhuac no es una ínsula en medio de la 4T, la soberbia y represión es la forma común de hacer política en todas las sucursales de su pensamiento que tiene Andrés Manuel López Obrador por toda la República (otro ejemplo es el gobernador de Puebla), es la moneda corriente que se paga a todo aquel que se atreve a exigir el cumplimiento del eslogan de campaña “por el bien de México primero los pobres”. La 4T ocupó al pueblo como una escalera para llegar al poder con vanas promesas, y ahora que tiene la posibilidad de corresponderle, que tienen en sus manos los mecanismos para asegurar la supervivencia de los mas necesitados, ocupan el viejo garrote de los gobiernos que tanto criticaron, con sus actos se desenmascaran como lo que en realidad son, unos traidores del pueblo mexicano.

Pues bien, los resultados que quería alcanzar Cuitláhuac con su campaña de intimidación no le dieron los frutos que deseaba, los antorchistas estamos curados de espanto, y lo que sí logró fue que cientos de personas se sumaran a las campañas de denuncia que se han hecho por medio de las redes sociales, simpatizando así con nuestra causa, lo que nos indica que las 10 medidas que propusimos son una expresión clara y racional de sus propias necesidades.

Los antorchistas intensificaremos nuestra campaña de denuncia por los actos de represión del gobierno morenista y seguiremos exigiendo no se desampare a los mas necesitados. Ya lo decía hace más de cien años el vate veracruzano Salvador Díaz Mirón: ¡El ave canta aunque la rama cruja: como que sabe lo que son sus alas!

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