La realidad del país

Miguel Ángel Gómez Ruiz

Justo este lunes, el presidente López se apostó en la puerta de Palacio Nacional para recibir a quien le sucederá en el cargo, Claudia Sheinbaum que hace apenas una semana ganó la contienda en la que tuvo como adversarios a Xóchitl Gálvez Ruiz y a Jorge Álvarez Máynez.

Ya todo se ha hablado sobre el tema, las amenazas del crimen organizado, la compra de votos, la irregular situación de algunos candidatos a gobernar y un sinnúmero de personas que acudieron a votar -mayormente de clase baja- y que respondieron al llamado a dar el triunfo a los candidatos de Morena, sobre todo ante la amenaza de que perderían sus privilegios si la oposición se llevaba el triunfo.

Sí, fue un triunfo arrollador pero con un sinfín de irregularidades. De que las hubo las hubo, nadie puede negarlo y sobre la compra del voto también quedó la evidencia, con un gran número de personas yendo a cobrarle a los candidatos tras el voto emitido. Quién sabe si les pagaron, pero tanto los compradores como los incautos se vieron muy mierdas, no hay otra palabra.

Volviendo al tema del encuentro entre López y Sheinbaum algunos lo vieron atractivo y muchos no, por el hecho de que habrá una continuidad al sistema que impuso el mandatario desde 2018 y que significó que en el país no hubiera crecimiento, que siguiéramos sin medicinas y que se agudizara la inseguridad.

Si esa situación no se arregla seguiremos igual o peor, pues como dirían por allí “el horno no está para bollos” y es que cada matanza, muerte de niños con cáncer, aumento de asesinatos, desapariciones, extorsiones y demás, significan para el presidente un ataque para desacreditar su trabajo.

De hecho, aunque pareciera un chiste, hasta el triunfo de Claudia Sheinbaum piensa que se debe a él. Es cierto que como candidata Sheinbaum vertió propuestas que realmente estaban “del nabo” y peor, se comprometió a dar continuidad al programa de trabajo de López, pero tanto que quiera convencer a la gente de que el triunfo de la mujer se debió a su trabajo está fuera de lugar.

Es cierto que en sus mañaneras, el presidente se alababa solo y no faltaba el arrastrado que casi le besaba los pies, pero siempre aprovechó ese ejercicio para violentar la ley. Siempre hizo lo que quiso y poco le importó que le dictaran sanciones o que se bajaran mañaneras desde YouTube. Él representaba la ley y lo que dijeran los demás le entraba por un oído y le salía por el otro: “no me digan que la ley es la ley”, se jactaba.

Es cierto que el triunfo arrollador le permitiría al gobierno de Sheinbaum modificar la Constitución o destruir al Poder Judicial. No veo razón para que ello ocurra. Es más, está por verse si los legisladores -diputados y senadores- le obedecerán a ella o si seguirán siendo leales a López.

Una mayoría absoluta puede ser letal para un país tal y como lo han mostrado algunos morenistas, como Mario Delgado, líder de Morena en el país, al tipo le disgusta el diálogo, al igual que a Fernández Noroña. Ellos están ávidos de modificar la Constitución y de convertir a la Nación en un país de izquierda. Me atrevo a pensar que ni siquiera han pensado en los pros y contras de esta medida.

Y el presidente López, feliz de ser el centro de atención e inclusive, de serlo por encima de Claudia Sheinbaum. No sabemos si ese dominio sobre ella continuará, pero será peligroso si él y sus hijos quieren seguir estando sobre ella, pues pareciera una creación de todos ellos.

El país requiere un gobierno justo, que se preocupe por atraer inversiones, que se invierta en la mejora de servicios, que no se cobren más impuestos, que no se endeude el gobierno, que brinde buenos servicios médicos, que haya medicinas, que se otorgue seguridad y que se reduzcan crímenes, asaltos, ejecuciones, feminicidios, extorsiones, secuestros, persecuciones y que ya no se desplace a mexicanos de sus lugares de origen. Tiene que haber alguna forma de enfrentar -a la manera de Morena- al crimen organizado.

Vaya, no se trata de que Morena presuma mayoría, sino que trabajen por el bien de los mexicanos. Al fin y al cabo, es su obligación, comenzando desde Sheinbaum y terminando con el cargo más sencillo.

No tienen otra cuestión que trabajar bien para todos, pues independientemente de sus 35 millones de votos, también existen 95 millones de mexicanos que no votaron por ellos y que también requieren de un buen gobierno.

PD: Por fin, el fin de semana llovió en el país y en lo que respecta a Veracruz el hecho provocó que hubiera fiesta en algunos lados. En Córdoba, La Perla, Veracruz y otros lugares, la gente salió a mojarse con el agua de lluvia y a olvidarse del intenso calor que vivieron por más de tres semanas, en donde se reportaron temperaturas de entre 40 y 50 grados y una aplicación de tandeos nunca antes vista. Ya llueve y eso es una gran noticia.

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