23 noviembre, 2024

Miguel Ángel Gómez Ruiz

Encuestas

A dos meses de la elección, la campaña hacia la presidencia está más que pareja, por mucho que algunas encuestadoras, pagadas por el partido en el gobierno, insistan en brindar resultados que sólo existen en sus mentes y encuestando o entrevistando a un millar de personas.

Algo es raro, en los eventos de Claudia Sheinbaum no se ven eventos llenos. Es más, se han mostrado videos en donde muchas personas se van, se impacientan o se duermen. Quizá sea porque la candidata oficialista no es muy ducha en comunicarse. O no tiene el don de gentes de otras personas o no les simpatiza. Simplemente la ven como una opción impuesta desde arriba. Sí, desde la presidencia.

En cambio, Xóchilt Gálvez, que según algunos encuestadores va 80 puntos abajo, llena todos los lugares donde se presenta. Los eventos en Irapuato, León y Puebla, por ejemplo, son una muestra de que muchos mexicanos sí están buscando y esperando, una alternancia en el poder.

Es lógico, si Xóchitl Gálvez ganase la contienda, la exigencia será mayúscula y ella y su equipo de gobierno tendrán que gobernar de una forma en la que los mexicanos deberán quedar satisfechos, pues ya no hay lugar para improvisaciones como ahora. Sí, se tendrá que poner un freno absoluto a cualquier intento de corrupción, se deberá trabajar para devolver la paz aún en zonas de alto riesgo y sí, la seguridad tendrá que ser una de las prioridades.

Ya no se podrá gobernar para un grupo como hasta ahora. No, se deberá gobernar para todos. Ya no se entregarán obras para unos cuantos. Tampoco se violentará ni al Congreso de la Unión ni al Poder Judicial, colocando alfiles para que estúpidamente digan sí a todo y desprecien tanto a la democracia como a la Constitución.

No se buscará modificar la Constitución para satisfacer los fines de un grupúsculo. Tampoco se chantajeará a las personas con el reparto de miserables cantidades de dinero, con el fin de obligarles a que les den el voto y se perpetúen en el poder.

Tampoco se deberá dejar en el poder a improvisados ni se permitirá que los criminales se adueñen del país. No se minimizará la educación ni se engrandecerá a aquellos que actuaron con vileza ante sus gobernados ni se otorgarán recursos a países liderados por dictadores que aún hoy día, violentan a sus gobernados.

Y así, no se deberán entregar recursos para obras inútiles, ni se entorpecerán las relaciones con otros países. No se impulsará a acosadores sexuales para que ocupen cargos en el gobierno ni mucho menos se espera que haya rifas o tómbolas para que uno que otro ignorante llegue al poder para representarnos.

En efecto, si queremos un buen gobierno primero debemos estar convencidos de que nadie flagelará nuestros derechos. Tendremos que buscar una opción para que el país crezca, pues estoy convencido de que un país mejor nos hace mejores e impulsa el cambio de vida en nosotros y nuestro alrededor.

No seremos cómplices de un gobierno que se victimizará de todo y menos que se ocultará tras una puerta para hacer lo que quiera. O que sólo saldrá unas horas para darnos un show, olvidándose de que tiene que trabajar y buscar las herramientas para construir un mejor país.

No queremos que un Congreso de la Unión o un Poder Judicial esté al servicio de unos. Queremos que trabajen para todos. Queremos pluralidad y bien, si hay 500 diputados que se mantenga ese número, pues se debe representar a casi 130 millones de mexicanos. Nada más hay que hacer cuentas, actualmente cada diputado representa a 260 mil mexicanos, nomás.

Ya es hora que pensemos las cosas bien. No es por el odio hacia los del pasado, varios de ellos incrustados en este gobierno. Ni porque haya unos con más recursos que otros. Tenemos que votar por nuestra familia, nuestros amigos, nuestros trabajos, nuestra ciudad y nuestro país. En verdad, hay que pensar bien las cosas luego de más de cinco años de fracasos. En serio.

PD Durante la gritería en la que un grupo de personas –fifís, según la diputada federal y exreportera Rosa Hernández Espejo- pidió a Rocío Nahle y acompañantes que se fueran del Café de la Parroquia en el mero centro del puerto de Veracruz, estuvieron presentes los expriistas José Ruiz Carmona y Bertha Ahued Malpica, contendientes por diputaciones locales. Ambos, fueron priistas a los que les fue muy bien cuando pertenecieron al tricolor. Hasta hace poco, se podían ver en facebook, los tik toks de José Ruiz Carmona, dando un puño de billetes a mecánicos, estudiantes, desempleados, personas abandonadas por sus parejas y bueno, casi siempre los mismos, todo, en su afanosa búsqueda de un cargo –el hambre es canija- y por eso ahora se va con Morena. Más sorprendente el caso de Berthita, que mientras el periódico El Dictamen tuvo poder, gozó de las mieles del triunfo. Ahora, a chambear se ha dicho.

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