Contrapunto
Miguel Ángel Gómez Ruiz
Un mundo injusto
En los últimos días, el Poder Judicial de Veracruz realizó varios eventos. Comidas, brindis, encendida de un pino navideño y otras cosas, proclamando saludos y bendiciones para altos funcionarios, empleados y para la población en general.
Como ya es costumbre, la presidente, Isabel Inés Romero Cruz, casi no habló, pues le cuesta mucho hacerlo, sin embargo, hizo acto de presencia, trasmitiendo amor y deseando bienaventuranzas para todos.
En pocos días olvidó el infierno que hizo pasar a Mario Santés, hijo de la magistrada Teresita Álvarez de Santés, que despidió a Romero Cruz cuando cometió el delito de Violación a la Ley de Amparo, pues ocultó –hace años- un Amparo que lograron abogados de un preso. Por tal motivo, el reo tuve que pasar más tiempo del debido y como medida disciplinaria, Teresita Álvarez de Santés la despidió.
La historia es de todos conocida, Isabel Inés Romero Cruz fue a rogarle al entonces presidente del Tribunal Julio Patiño, para que no fuera despedida. Inclusive, el jurista pidió su opinión a la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros sobre el tema y ésta le sugirió que no la dejara sin empleo. Entonces, el presidente la envió a un juzgado lejano para que el asunto se olvidara.
Tras ser convertida en magistrada pese a que ya estaba jubilada, Isabel Inés Romero Cruz ha cometido diversas tropelías, entre ellas la ya mencionada con Mario Santés, un hombre que laboró en el área de Defensoría de Oficio y que tuvo una destacada participación en el ámbito deportivo. Pues resulta que la presidente que derramó buenos deseos navideños, ordenó que le quitaran sus prestaciones y el servicio médico.
Mario, con bastantes problemas de salud tuvo que recurrir a amigos para atenderse. Finalmente, murió.
Y otra injusticia que cometió Isabel Inés Romero Cruz, a manera de venganza, ordenó que a la magistrada más laureada y más capacitada dentro del Poder Judicial, se le despidiera el mismo día en que cumplió años, por el hecho de que cumplía 70 años.
Romero Cruz olvidó un detalle y es que la magistrada Castañeda Palmeros fue nombrada –mediante un decreto legislativo en 1997- magistrada inamovible. Es decir, ella podía retirarse cuando quisiera o bien, morir allí en el Poder Judicial.
Tras ordenar represión y que se le destruyeran algunos premios, la última gracia de Isabel Inés Romero Cruz fue la de ordenar que no se le pagara a la magistrada la parte proporcional de su aguinaldo.
La magistrada Castañeda Palmeros guardó silencio, pero varios empleados del área de la Sexta Sala en la que siempre destacó, comentaron que se cometió una injusticia.
Sobre el tema laboral aún falta lo que dictamine la Suprema Corte de Justicia, sin embargo, Isabel Inés Romero Cruz cometió un atropello terrible que evidencia no sólo su falta de generosidad, sino que exhibe su ignorancia.
Para comenzar, jamás igualará lo realizado por Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, que cursó con brillantez su carrera universitaria. Que obtuvo un doctorado Magna Cum Laudae, que es Máster en Derechos Humanos y Máster en Juicios Orales por la Universidad Western School of Law y está próxima a recibir un doctorado en Neurociencias.
Es experta en Derecho Civil (Familiar y Patrimonial) y en Derecho Mercantil. Gracias a su tesis doctoral, logró que se implementaran juzgados y salas de lo familiar pues consideró que los juicios de lo familiar debían efectuar mediante un proceso sencillo.
Es autora de los libros: La prescripción negativa de los antecedentes penales y la Reincidencia y la impartición de justicia en materia familiar.
Además, Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros recibió en 2011 el Premio Nacional al Mérito Judicial, algo que Romero Cruz jamás recibirá, ni en sueños.
Isabel Inés Romero Cruz, que apenas es licenciada y convertida en presidente del Poder Judicial por obra y gracia de la Cuarta Transformación, violentó la Ley Federal del Trabajo y podría hacerse acreedora a sanciones si se logra aplicar una justicia limpia.
Ojalá que todo termine bien y que la magistrada Castañeda Palmeros reciba lo que le corresponde, pues de lo contrario, el Poder Judicial de Veracruz seguirá oliendo a podredumbre, además de que hay un revanchismo terrible contra muchos, allí.