Contrapunto
Miguel Ángel Gómez Ruiz
Poder Judicial, de desacato en desacato
Ya se hizo costumbre que en la gestión (si así se le puede llamar) de Isabel Romero Cruz, presidente del Poder Judicial del Estado de Veracruz, se caiga en desacato cada vez que se les ocurre, pues aunque se vieron forzados a reinstalar a Roberto Dorantes Romero, que había sido despedido tras cumplir 70 años, se niega a dar el mismo trato a Marco Antonio Lezama Moo, que también cuenta con un amparo federal.
Es decir, el amparo ya causó estado y el togado debe ser reinstalado de inmediato, sin embargo, a capricho de Isabel Romero Cruz y de los legisladores de izquierda que no saben ni papa de leyes, ellos se niegan a hacerlo, razón por la que cometieron desacato pese al mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Bastará que un juez nuevamente ordene que se reinstale al magistrado y entonces, tanto Romero Cruz y los diputados estarán obligados a hacerlo, a pesar de que han aplicado la cansadora y sin olvidar que el magistrado al volver, deberá permanecer cinco años en su cargo y le tendrán que pagar todo lo que le deben.
Ya ha habido en el país resoluciones de jueces federales que destituyeron a autoridades por cometer desacato y no está lejos esa posibilidad, sobre todo porque en el Poder Judicial se aplica la justicia de Romero Cruz, no la constitucional.
Y añadiendo, son tantas las anomalías cometidas allí dentro que es difícil detallarlo en cuatro o cinco cuartillas. Las violaciones a la ley han sido la constante:
Isabel Romero Cruz no sólo no cumplió en su supuesto intento de mejorar la justicia en Veracruz, pues aún no existe proyecto para aplicar la justicia digital; se cometieron demasiados errores en el tema de la pandemia de coronavirus pues en muchos juzgados no llegó ni siquiera gel antibacterial e hizo falta todo; se violentaron los derechos de muchos trabajadores y hay personal que asegura que al día de hoy se les aplican descuentos indebidos, como si fueran “moches”.
En la mayoría de las ciudades judiciales y en juzgados lejanos no sirven los climas, no hay papelería y los jueces deben pagar de su bolsillo si requieren copias adicionales o inclusive, papelería que no debiera faltar; también les aplican horarios de trabajo tan extensos que hay trabajadores que están en los juzgados 12 y hasta 16 horas.
Tampoco ha habido transparencia en el manejo de los recursos, pues el año pasado, Joana Marlén Bautista, en complicidad con Isabel Romero Cruz, agotó el presupuesto de 2021 en tan solo nueves meses. En poco tiempo se fueron más de mil 600 millones de pesos.
Por cierto, el personal del Poder Judicial, a través de correos, tuits y mensajes de whatsapp dieron a conocer que la directora de Administración del Consejo de la Judicatura, Joana Marlén Bautista, viajó a Cancún con otra compañera de trabajo a una boda en la que derrochó de lo lindo. Claro, si fue de su dinero no hay problema, pero si tomó dinero del Poder Judicial entonces sí habría que investigar.
En realidad, de acuerdo a testimonios, quien manda en el Poder Judicial es Joana Marlén Bautista, no olvidemos que ella fue secretaria particular de Eleazar Guerrero, el subsecretario en Finanzas que es el encargado de despachar el dinero del presupuesto estatal a Morena, sus alcaldes, diputados y todo aquello que tenga qué ver con las actividades de su partido y el gobierno mismo en la compra de voluntades.
Sería interesante que alguien ordenara una auditoría, pero sabemos que mientras gobierne Morena, el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) no va a tocar a nadie de quienes están al mando en la entidad. Lo grave es que están al frente, pero todo lo hacen mal.
Hoy, el Poder Judicial de Veracruz ocupa el último lugar nacional en la aplicación de justicia. No se cuenta con personal especializado pues ni la propia Isabel Romero Cruz tiene los estudios para dirigir el lugar, es más, su semblanza permanece oculta pues si acaso apenas logró terminar la universidad.
En el caso de Joana Marlén Bautista, es cierto que trabajó como secretaria en Finanzas, pero de allí en fuera sólo tenía experiencia en un banco.
De hecho, hay una juez de nombre Dania Iveth, cuyo mayor logro fue arreglarle las uñas de los pies a Isabel Romero Cruz, allá en Misantla, en donde en alguna ocasión alguien persiguió a la ahora titular del Poder Judicial con un machete. Y no hay que olvidar que en alguna ocasión, laborando en Xalapa, ocultó un amparo que ganó el equipo de abogados de un preso y estuvo a punto de ir a la cárcel por ese delito. Esos son quienes están al frente de un lugar tan importante.
PD. Ya pasaron varias semanas desde que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez diera la instrucción para que Isabel Romero recibiera a la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda, la más galardonada en la historia del Poder Judicial, para que hablaran de diversos temas, entre ellos el pago de sus prestaciones pendientes de 2021. Hasta ahora, Romero Cruz siguió bateando al mandatario.