TSJEV, ya ahogado el niño Isabel Inés Romero ordena sanitización de espacios
Contrapunto
Miguel Ángel Gómez Ruiz
Conversando con abogados que llevan casos de sus clientes en distintos edificios del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz (TSJEV), todos coinciden en que con la salida de Sofía Martínez Huerta y la llegada de Isabel Inés Romero Cruz nada cambió: “Sigue el desorden y quizá están peor las cosas”, expresó un litigante.
No lo dudo, lo más grave es que apenas esta semana, sí, apenas, la titular del Poder Judicial determinó enviar algunos artículos a distintos juzgados para que se saniticen los espacios que son ocupados por trabajadores, abogados y justiciables.
No es suficiente, no basta el cargo de conciencia y responsabilidad que recae sobre Isabel Inés Romero Cruz tras la muerte del juez Crisóforo del Ángel y otras personas que se contagiaron de Covid-19 en distintas instalaciones.
En las fotografías, empleadas de la presidente mostraron que se enviaba cloro y uno que otro material, pero se requiere que envíen tapetes, gel, jamón antibacterial, cubrebocas, mascarillas, guantes, toallitas húmedas, termómetros e inclusive, los aparatos que sanitizan a las personas y que en otros lugares hay. Cuesta creer que en un lugar tan importante como el Poder Judicial y con recursos millonarios no se puedan comprar esos equipos.
Es cierto, la ambición del Gobierno del Estado y los diputados locales bajo el mando del hampón Juan Javier Gómez Cazarín por quedarse con los recursos del Poder Judicial provocó que todos los ninis que introdujeron allí bajo los mandos de Sofía Martínez e Isabel Inés Romero desearan una parte del pastel. Ahora la consecuencia es que hubo personas contagiadas y algunas murieron.
Lamentablemente el TSJEV fue invadido por gente de Morena, la mayor parte sin conocimientos ni trayectoria en el Poder Judicial. No entiendo qué puede presumir el gobernador Cuitláhuac García con Isabel Inés Romero, quien cometió un delito muy grave hace algunos años al violar la Ley de Amparo ocultando uno que ganó un preso y que le daba la libertad. O en el caso de Sofía Martínez que estaba más apurada en enriquecerse ilícitamente en lugar de preocuparse porque se aplicara la justicia. Es verdad, las dos valen un cacahuate.
Y mire usted, en diciembre, la directora general de Administración del Consejo de la Judicatura, Joana Marlen Bautista Flores organizó una tremenda fiesta a la que asistieron mayormente los integrantes del citado Consejo, entre ellos Humberto Hernández Reducindo, el pelagatos que laboraba en el Congreso local bajo las órdenes de Juan Javier Gómez Cazarín y que antes estuvo al mando del panista Sergio Hernández.
Al parecer, Isabel Inés Romero Cruz no fue convidada al festejo e ignoró que el personal organizó el fiestón en plena pandemia. Reitero, todo es un desorden allí y si la presidente no se enteró entonces con eso se demuestra que es un adorno más allí, bueno, un adorno que también se beneficia con su cargo en el Poder Judicial.
Se requiere orden y no lo hay. Ahora, este jueves y viernes no laborará el Poder Judicial y se instalarán guardias, para recibir documentación, más no otra cosa. Si realmente se aplicara una sanitización completa, una limpieza profunda y bajo un estricto control no tendría por qué parar este poder, sobre todo con tanto rezago.
Aprovecho este espacio para felicitar a la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, que ha recibido cientos de reconocimientos y hasta un premio al Mérito Judicial por su impresionante trayectoria al interior del TSJEV. Estoy totalmente seguro que el gobernador Cuitláhuac García conoce la trayectoria de la magistrada pero bueno, él no está preparado para esta conversación, lo sé.
Ni Sofía Martínez ni Isabel Inés Romero juntas, podrían llenar los zapatos de Castañeda Palmeros. No tienen la prestancia, ni el conocimiento, ni los blasones que ha logrado ella a base de esfuerzo y preparación. Estoy completamente seguro que la situación sería muy distinta en el Poder Judicial si Yolanda Castañeda Palmeros fuera la presidente.
Cuitláhuac García, de los tres peores gobernadores del país
Por más que la ha invertido a medios creados por su propio personal y a algunos que se arrodillan por unos pesos, la imagen del gobernador Cuitláhuac García no levanta.
Es vergonzoso que hasta el día de hoy, no tenga la capacidad de hilar palabras para expresar una idea o informar algo. Esta semana fue el hazmerreír a nivel nacional al asegurar que la nueva cepa de Covid-19 descubierta en Inglaterra no entraría a la entidad por el hecho de que no hay vuelos de Londres a Veracruz, o a Xalapa.
La realidad es que el aeropuerto “Heriberto Jara Corona” sí es internacional y recibe vuelos diarios de Houston y la Ciudad de México y en estos vuelos pueden venir viajeros de Londres, sobre todo porque en el aeropuerto “Benito Juárez” de la Ciudad de México no son muy duchos en aplicar los protocolos de seguridad ante la pandemia que azota al mundo.
Y ha habido peores cosas del mandatario, el cuál debe reconocer que llegó al cargo bajo el efecto AMLO y no porque fuera el mejor candidato.
Siempre le echa la culpa a alguien más. Vive obsesionado con Miguel Ángel Yunes y hasta lo sueña. Inclusive, hasta acusó a su abuelita de tener algunos devaneos para que a través de otra familia naciera su primo Eleazar Guerrero, que es quien mueve el dinero de la Secretaría de Finanzas y Planeación.
Desde hace tiempo, Cuitláhuac García ha ocupado los lugares 30 y 32 en el ranking de gobernadores, apenas superado por Miguel Barbosa y Cuauhtémoc Blanco que esos sí han sido más brutos.
Pero el destino de Veracruz parece sellado, con un mandatario que no conoce la entidad y que no tiene idea del lugar en que está parado y eso, va en contra de un gran sector de veracruzanos.
Pero eso sí, tarde o temprano Cuitláhuac García será sometido al escrutinio de los veracruzanos y sería obligado a dejar el cargo. Las encuestas no le favorecen por más que quieran ganar adeptos con las becas y las vacunas. Se irá, anote esto.