LA ACTIVIDAD TURÍSTICA EN CATEMACO COLAPSADA Y LA INDIFERENCIA DEL GOBIERNO

Elihú Santiago Alcántara

El municipio de Catemaco, que en lengua náhuatl significa “Lugar de las casas quemadas”, conocido a nivel mundial por su emblemática laguna, su famosa tradición milenaria de ritos y esoterismo y por pertenecer a la Reserva de la Biosfera los Tuxtlas, debido a la importancia de su flora y fauna junto con otros seis municipios del estado de Veracruz, es en suma un verdadero paraíso turístico, de los muchos que hay en nuestro país. Por lo tanto, la principal fuente de ingresos para sus más de 27 mil habitantes es el turismo, el cual recibe un significativo aumento en la temporada de semana santa, beneficiando así tanto al comercio formal como al informal.

Pues bien, derivado de la contingencia sanitaria que ha ocasionado la pandemia mundial del Covid-19 la actividad turística colapsó en este emblemático municipio. Por ejemplo, 50% de los negocios como restaurantes y hoteles cerraron desde hace un mes y sus dueños sólo van a cuidar los inmuebles y el otro 50% vende alimentos a domicilio, lo que de ninguna manera es suficiente para sortear esta temporada. Los pequeños comerciantes que sobreviven de vender artesanías y recuerdos en el bulevar también están sufriendo en carne propia los estragos de la pandemia, ya que el malecón está desierto. Por otro lado, alrededor de 36 lancheros de la cooperativa Catemaco y 100 lancheros independientes se han quedado sin ninguna fuente de ingresos y el problema se agudiza al prolongarse la cuarentena, según fuentes oficiales, un mes más.

Este panorama, que si bien no es exclusivo del municipio sí es un ejemplo más de lo que se vive en todo el estado de Veracruz, debería de hacer que los titulares de los tres niveles de gobierno pusieran al servicio de los sectores más vulnerables toda su inteligencia y capacidad de liderazgo para implementar medidas que paliaran el hambre que está sufriendo la población, sin embargo, ¿cuál ha sido la respuesta de los distintos niveles de gobierno? Exacto, ninguna. Los prestadores de servicios han solicitado al gobierno estatal que los ayuden a integrarse a los créditos Pymes anunciados por el presidente de la república y hasta el momento no se ha realizado ningún censo, ni se ha recibido algún otro estímulo, se ha solicitado también la condonación de pagos de servicios o el pago de estos en parcialidades, y la respuesta brilla por su ausencia. Tampoco han recibido un apoyo real a nivel municipal que verdaderamente ayude a la economía de las familias, el presidente municipal se ha limitado a entregar algunas despensas a ciertos vendedores, hasta eso no a todos, se desconoce el criterio de selección, sin embargo, este apoyó sólo se ha entregado en una ocasión y ya se lleva más de un mes de cuarentena y, lo que falta.

Toda esta actitud de los gobernantes, que en tiempos electorales iban a visitar a los habitantes casa por casa, sin importar lo lejos que quedaban las comunidades, o las condiciones climáticas, aquí se revela como una verdadera farsa, que los habitantes ya empiezan a reclamar por las medios a los que tienen acceso. Sin embargo, está actitud de avestruz de los gobernantes, de ocultar la cabeza al menor peligro, no es casual, sus intenciones nunca han sido gobernar para el pueblo, sino servir a la clase que pertenecen, a los dueños del dinero, y esto que afirmo se ve de manera más diáfana en estos días, ante una situación tan alarmante, su indiferencia es un verdadero crimen. ¿ Y entonces, cuál es la vía para solucionar los problemas del pueblo? En mi humilde opinión, debemos ir aprendiendo de todas estas dificultades, a entender que el único que puede salvar al pueblo es el mismo pueblo, pero no desperdigados como borregos en el monte, es necesario que nos organicemos y luchemos para que nuestros derechos consagrados en la Carta Magna se cumplan realmente, en época de pandemia o no.

Sea esta pues, una invitación a sumarse a las campañas de denuncias que ha estado realizando el Movimiento Antorchista a nivel nacional para exigir un programa de asistencia alimentaria a toda la población que así lo requiera. Que sea el mismo gobierno quien entregue los apoyos, pero que lo haga sin distinción alguna y que se garantice durante el período que dura la cuarentena. Si no luchamos, si no exigimos que el gobierno enderece su política de indiferencia, estaremos siendo cómplices de nuestra propia calamidad.