Juana Ovando, sueños y esperanzas murieron con ella.
Miguel Ángel Gómez Ruiz
Xalapa, Ver., 23 de abril 2022.- Poco antes del miércoles, la vida de Juana Ovando de los Santos, una joven nativa de Agua Dulce, Veracruz, era común como la de cualquier mujer con sueños y esperanzas.
Había llegado hacia poco más de dos meses a Xalapa para trabajar e ingresar a la universidad. Dicen sus amistades que pretendía estudiar la carrera de Derecho en la Universidad de Xalapa, aunque ello representaría un duro esfuerzo, pues apenas subsistía vendiendo hielitos en compañía de su pareja, con quien compartía gastos en un pequeño departamento cerca del Súper Che de la avenida Ignacio de la Llave.
A pesar que era una joven menudita, llevaba mucha energía por dentro y un franco deseo de estudiar y superarse. Pertenecía al PRI, pues había formado parte de una estructura juvenil de la Confederación Nacional Obrero Popular (CNOP). De igual forma, el pasado 8 de marzo había marchado a favor de las mujeres en Agua Dulce y regresó a la capital del estado.
La noche del miércoles fue asesinada dentro de su departamento. Su pareja no estaba y un vecino –con quien había discutido, aparentemente por un tema sobre basura- entró a su departamento, la atacó en el baño con un martillo y con un arma blanca. Posteriormente la llevó a su cama, la puso de costado y la dejó, muerta.
Poco después, llegó su pareja, pidió auxilio y declaró lo que sabía e inclusive, podría haber sido detenido, pero al parecer demostró que no veía a Juana desde la tarde y lo dejaron libre.
En los últimos meses, las cifras de feminicidios se dispararon en el país. En Nuevo León, Chihuahua y Veracruz se han dado las cifras más altas de feminicidios. De acuerdo a una información publicada por El Financiero, en marzo la estadística marcaba que el feminicidio en el país había aumentado 121 por ciento de 2021 a 2022.
“La calle ya no parece ser segura para las mujeres y siento que todas peligramos”, comentó una mujer que apoya a otras mediante ayuda telefónica.
La diputada local Anilú Ingram Vallines lamentó el crimen cometido contra Juana Ovando, a quien consideraba una joven valiosa con un futuro inmenso y pidió a las autoridades que atrapen a los criminales y se haga justicia.
Al igual que Debanhi y otras tantas mujeres que han sido asesinadas, Juana Ovando de los Santos tenía grandes sueños. Estudiar, titularse y superarse para auxiliar a los suyos. Sentía que tenía el mundo en sus manos, así lo comentan quienes le conocían.
“Ella no paraba de ayudar y de asesorarte, apoyarte”, comentó una amiga suya tras una llamada telefónica. Su familia está inconsolable.
En Agua Dulce, se le dio “cristiana sepultura” y quienes asistieron aún permanecen en shock pues no logran ordenar sus ideas o bien, saber por qué una persona como Juana Ovando fue atacada.
Sin embargo, en un país como México, en el que el machismo ha prevalecido por siglos, lo único que se puede pensar es que ella fue víctima de alguien que no logró entender que las mujeres hoy día son seres genuinos y con los mismos derechos.
Para acabar pronto, uno puede estar rodeado de personas en las que se puede confiar, pero que, aun así, hay personas con maldad en su interior.
La sola idea de que su muerte haya sido planeada por una simple discusión debe de preocupar a todos, pues representa que cualquier mujer puede estar en peligro por mostrar inconformidad y hacer un reclamo justo.
Desde el miércoles, la vida de Juana Ovando de los Santos terminó, pero su familia, sus amigos, compañeros y pareja, seguirán luchando y exigiendo que se haga justicia. Se dice que su asesino, Serge “N” fue detenido cuando pretendía huir de la ciudad. Ahora vendrá el momento de hacerle justicia a una joven con virtudes y sueños genuinos.
Su vida en esta tierra terminó, pero corresponde a quienes le aman, guardar lo mejor de ella y seguir adelante para no olvidarla nunca.
Descanse en paz Juana Ovando de los Santos.