La línea delgada entre mi opinión y la tuya.

Por: Julio Vallejo

¡Hoy, no hay una cachetada, sin justificación!

Estamos arraigados en unos patrones de conducta predecibles.

Estaba una familia en la sala de un hospital, esperando la noticia de la abuela que se encontraba muy grave. La familia tenía un dilema muy grande en ese momento, ya que la nieta Britney Kristal cumpliría sus XV años el próximo fin de semana, derivado a esta situación, no sabían si hacerlo o no.

Dentro del cuarto donde se encontraba la abuela, solo se escuchaba el aparato de signos vitales y la televisión, en ese instante transmitían la mañanera de AMLO: Ya tomamos la decisión, que el avión presidencial, se pague sus propios gastos de mantenimiento, esté, se va a rentar por si alguien ya lo pensó bien y se quiere casar, o alguien que cumpla quince años y se quieran llevar de viaje a sus familiares y amigos a Cancún.

Después de esta súper noticia, la abuela se levanta del más allá, le agarra la mano a su hijo que estaba junto a ella y le dice, ¡tienes que hacerle la fiesta a Britney Kristal!

El papá de Britney bien emocionado se seca las lágrimas, le da un beso en la frente a su mamá y corre a la sala del hospital para dar la noticia, ya con la cara sonriente. Voltea a ver a los parientes y les dice: ¡la fiesta de mi hija, se hará por órdenes de mi madre! Ella se recuperó por arte de magia y pidió que se haga la fiesta.

Invitación de los XV. La familia Chantal López, los espera en el “Avión Presidencial” para celebrar los XV años de mi hija “Britney Kristal” que estará ubicado en el hangar militar Olmeca-Maya-Mexica. La recepción será a las 12:37 ¡no faltes, están todos invitados!

Llego el momento donde no podía faltar la banda de viento quienes amenizaban el evento, mientras esto se ponía chunchaquero, los invitados iban subiendo por los escalones al avión, ya estando a dentro todos los presentes, no podía faltar las palabras para la quinceañera, como era de esperarse estas correrían a cargo del padrino Andréu López:

“Queridos amigos y amigas, quiero agradecer al pueblo de México, por las bendiciones y oraciones que hicieron para que la abuela se haya recuperado; así también para festejar a nuestra adorada quinceañera “Britney Kristal” quien por ella estamos aquí reunidos en este avión, donde no cualquiera podrá estar en un evento como este, me informan que estamos 80 personas aquí, sin embargo yo tengo otros datos; quiero agradecer a todos por el apoyo recibido para este evento, a los diseñadores y estilistas quien por cierto la peluca que le pusieron se ve horrenda ”.

En ese preciso momento que dijo eso, se levanta el tío Willy y le da un tremendo cachetadón (por cierto bien merecido por semejante ocurrencia) al padrino López, que casi lo manda a la pista de aterrizaje más cercana.

Obvio, todos se indignaron, todos opinaron, todos se molestaron y como era de esperarse, todo salió en las plataformas digitales y periódicos. Unos mencionaron que la culpa era de quien rento el avión, otros que la culpa es del padrino por no respetar el género femenino, algunos más que estuvo bien, no faltó el que dijo que saco lo machista y sus traumas el tío Willy; en fin un alboroto más.

Lo que sí podría opinar es que políticamente no fue lo correcto. En estos días ya no se puede hacer bromas de humor negro, por que la sociedad ya no se tolera unos a otros, ya sea por falta de paciencia o empatía, es más, hay veces que nadie quiere ofenderse, sin embargo; esta crisis por la que estamos pasando.

No sé, si sea por el encierro, las presiones de exclusión, racistas o sexistas aunados a ello los problemas económicos etc. de las cuales vive cada persona, pero de que estamos irritados lo estamos o ¡dime que no cabrón!

Hay que empezar a ver las estrategias para superar la presión social y psicológica, en la cual estamos emergidos actualmente y así poder evitar todos estos acontecimientos y tener una paz mental.

Por último, he pensado que debemos ser como esos aviadores donde debemos mantener estable esta aeronave de la vida, la cual debe de permanecer a una velocidad correcta y fijar bien el rumbo para que nuestra dirección sea la adecuada, sin tener mayores complicaciones o en su caso riesgos colaterales añadidos.