23 noviembre, 2024

La línea delgada entre mi opinión y la tuya.

Por: Julio Vallejo

AMLO es popular como la comida chatarra; dice Lilly Téllez.

¿Verdad o mentira?; según se vea con el cristal con que se mira!

La precisión del emisor dice lo que cree.

La comunicación libre, ha generado en la actualidad, que todos podamos emitir nuestros propios juicios de cualquier acontecimiento, esto a veces genera un conflicto mayor, ya que sin investigar o por el simple hecho de haberlo escuchado en algún otro lado naturalmente se desvirtúa la información.

¿Es aquí donde cada quien leda la interpretación que quiere o le conviene?

En una charla en el desayuno molestaba a mi madre, ella era muy asidua a la lectura, sin embargo cada que yo emitía un comentario de desprestigio, ella defendía la noticia a capa y espada; ya que lo había leído en una publicación de un prestigiado medio de comunicación, es ahí donde ella decía que era la absoluta verdad. Y más si yo laboraba ahí.

A lo que le contestaba, hay que tener la certeza y veracidad y no creer en todo lo que lee uno. Y en “son” de relajo le platique.

Había una reunión de funcionarios, y como siempre nunca falta un “lame huevos”, éste se acerca al gobernador y empieza bla bla bla… Obvio era un chisme para quedar bien, a lo que de inmediato lo vio a los ojos y le cuestionó ¿quién dice?, éste, todo estupefacto contesta pues “dicen”, el gobernador ya encabronado le contesta: “sí, ¿pero quién dice?”. Al ver que el otro no supo decirle con seguridad quien había dicho lo que le estaba comentando, automáticamente le responde: ¡hasta ahorita, al único que le he escuchado decir eso, es a ti!

A partir de esa fecha, cualquier comentario, sin ningún sostén o que estuviera medio cuestionado o descontextualizado, me refutaba mi madre, umm… muy bien pero, ¿quién dice?.

Fue entonces que empecé a revelar la fuente y explicarle que ya fue investigado y analizado por varios orígenes, que a partir de ahí, es como emitía mi propia opinión.

Esto tal vez funcione cada que uno quiera saber más sobre un comentario y no quede en verdad o mentira según tu criterio, o por el simple hecho de quedar bien o en su caso de verlo publicado.

Hay que tener cuidado cada que leemos una información en las diferentes plataformas digitales, hay que ser democráticamente participativos pero con responsabilidad.

La obligación de los periodistas es comunicar con la verdad y veracidad, la etimología de cada comunicador debería de llevar su sello de ética profesional y no dejarse llevar por intereses propios o de encargos.

Los comunicadores se merecen un respeto a su profesionalismo y a su vez la sociedad como receptora del mensaje.

Hay que hacer mención que la constitución es un pacto de político y social donde una serie de normas y acuerdos están plasmados en ella.

En el artículo 7 de la constitución más menos dice: es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos etc.

Si bien hasta aquí tenemos derechos de libertad de expresión, pero también tenemos obligaciones y valores que no tenemos que dejar por el simple hecho de servir a un grupo de interés.

Hay que recordar que las diferentes corrientes de opiniones nos pueden llevar a conflictos sociales, por ello hay que empoderar en cada comentario nuestra verdad, con un pensamiento clásico, respetuoso y tolerante.

Y como decía el filósofo moral William James: “VIVIR EN UN SISTEMA ÉTICO”

“Me quedo como senadora sin partido, comprometida a seguir hablando con la verdad¨”. Este fue el mensaje que puso la comunicadora Lilly Téllez en Twitter después que dejo el partido de MORENA y se pasó al PAN, “agradeciendo al presidente Andrés Manuel López Obrador por el respeto que ha tenido hacia mí persona”.

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