La primera vez que vi neblina, fue en Xalapa y en la noche.
Texto y fotos: Jan Xahuentitla
Recuerdo bien que la primera vez que vi neblina en Xalapa fue entre julio y agosto del 2009 y de noche, me llevaron a Los Lagos.
En ese entonces estaba saliendo con alguien y le dije que me llevara a un lugar característico de Xalapa y me llevó a Los Lagos. Cuando llegué a la parte superior de las escaleras; es decir a un lado de la Casa del Lago (de la UV), quedé impresionada; primero por el lago artificial, pues no había visto uno en toda mi vida (ahora la ciudad de Puebla cuenta con uno, “El Lago de la Concordia” y cuando lo vi, ya no me sorprendió tanto, bueno solo por el vídeo mapping que presentaron, pero sin eso, no fue la misma sensación como el de aquí) y segundo por la combinación con la neblina. (Más o menos se veía así, anexo foto).
Posteriormente le dije a mi acompañante que bajáramos las escaleras y que camináramos un poco y así lo hicimos. Después de un rato nos sentamos y me comentó que llevaba unas tortitas de plátano e inmediatamente le cuestioné: – ¿tortitas de plátano? – Sí, de plátano macho con queso, las hizo mi mamá. Acto seguido abrió un tupper y me invitó a degustar de esas tortitas (son como las tortitas de papa, pero éstas eran de plátano macho), que para mí gusto, estaban muy buenas.
La verdad fue una muy buena experiencia, porque fue cuando me empecé a enamorar del clima de la capital veracruzana: húmedo, frío y con neblina. Sin embargo, en mis primeros días de estancia, sufría de alergia, pues tosía mucho por la humedad, pasó bastante tiempo para que me “aclimatara” y dejé de tener malestares.
En la actualidad siento más frío en otros lugares, que aquí en Xalapa y ¿qué creen? ya sé hacer tortitas de plátano con queso, claro que me explicaron cómo hacerlas. He aprendido mucho de Xalapa y de su gente, como nombrar ciertos alimentos de diferente manera y es casi lo mismo.
Aunque la neblina que vi hace 13 años (mismos que llevo viviendo aquí) ya no es la misma, -antes había más-, acepto que me sigue gustando la ciudad y que no me veo lejos de ella, me ha dado tanto, que lo único que le debo es gratitud a su gente.