La línea delgada entre mi opinión y la tuya.
Por: Julio Vallejo
Haciendo camino, desafiando al destino.
¡No migro por mi gusto, ni porque no ame a mi patria; caminar por el mundo con libertad es un derecho humano!
Dos días caminando, a temperatura de 50 grados centígrados, las piernas ya no respondían, mi cerebro ya no coordinaba mis pasos, mis labios estaban partidos y secos como el mismo desierto que pisaba, no encontraba la meta del lugar al cual llegaría, ni mucho menos la tranquilidad, cada vez más desesperado y confundido.
Mis paisanos del otro lado del río, me decían: ¡ánimo, no te agüites ya casi llegas!, descansa un poco y sigue, ya pasaste la peor parte. Al no coordinar mis ideas me detuve a descansar y mientras lo hacía, decidí entregarme a migración de Estados Unidos para que me regresaran a México.
Este viaje lo intenté cuatro veces, por diferentes caminos hasta que por fin logré pasar. Al platicar estas vivencias con otros migrantes, me comentaron que a mí me toco peladito y tranquilo, las historias de ellos son más aterradoras y conmovedoras.
Muchos piensan que migras por amor, por aventurero o porque eres un irresponsable; sin embargo, la mayoría de las personas que lo hacen es porque en sus países no hay oportunidades para laborar, otros escapan de conflictos, terrorismo, desastres naturales, etc.
La migración siempre ha existido, ya sea por necesidad, elección o al ser desplazados, lamentablemente sin un orden y sin algún respeto hacia sus derechos humanos.
Aunque también hay que enfatizar que, si cruzas a Estados Unidos estás cometiendo un crimen en la categoría de falta, y esto se castiga con cárcel o sanciones económicas.
Últimamente se han hecho caravanas de migrantes provenientes de América Latina, para cruzar el territorio mexicano; generando descontento social y político, ya que más de 147 mil migrantes en condiciones irregulares están en el país, generando descontento y enojo hacia las autoridades por no regularizar su estado migratorio y poder continuar al norte del país.
Para atacar de raíz este tema, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mandó una carta a su homólogo, Joe Biden presidente de los Estados Unidos, donde le propone otorgar visas de trabajo para centroamericanos y mexicanos. Cabe hacer mención que, con este presidente americano, si se han abierto las puertas de su país, para dejar entrar a todos los migrantes de América Latina que solicitan asilo.
No todo es malo con los migrantes y más si hablamos de quienes traen inversión a nuestro país, aunque también, “ojo” hay que ver que sea un beneficio social, económico, cultural, y no sólo vengan a servirse de nuestro territorio usando los terrenos y recursos naturales.
En un pueblo llamado Pesquería en el estado de Nuevo León, considerado como un pueblo fantasma por tener muy pocos habitantes, se instaló la planta automotriz KIA trayendo consigo a sus trabajadores coreanos, formando en el pueblo pequeños asentamientos de ellos y desenvolviéndose como si estuvieran en su país.
Tanto revuelo causó entre los pobladores que en tono sarcástico le pusieron a su poblado “Pescorea”, donde se aprecia un ambiente de mezcla de las culturas coreanas y mexicanas, no obstante la derrama económica que se generaba en aquella región que pasaba desapercibida, no precisamente beneficiaba al país.
Hay que encontrar ya la solución a esta irregularidad migratoria, actualmente esta situación se ha agravado, pues el crimen organizado ocupa este fenómeno para los delitos de trata de blancas, tráfico de humanos, secuestros; entre otros.
México se podría convertir dentro de algunos años, en un país como Estados Unidos donde está lleno de migrantes de todo el mundo y reduciendo su población natal.