Si Galeno viviese…
La línea delgada entre mi opinión y la tuya.
Por Julio Vallejo
Mi madre me contó como fue el día en que me registró y el por qué me asentó con ese nombre, pues mi padre quería seguir con la dinastía de mi abuelo paterno que se llamaba Benigno, para los que me conocen bien, saben que mi nombre es Julio Benigno.
Cuenta mi mamá, que al acudir al registro civil la secretaria le preguntó que cual sería el nombre, sin embargo mi padre interrumpió y de ipso facto contesto: ¡Benigno!, la secretaria cuestionó ¿seguro?, dijo: ¡sí! , en un momento de distracción mi tía, hermana de mi papá le dijo que dejara un espacio, a lo que la secretaria apoyo la idea.
Mientras esto sucedía, mandaron a mi papá a realizar el pago correspondiente, mientras ellas (mama, tía y secretaria) confabulaban para ocupar ese pequeño espacio en blanco y llenarlo con el nombre de Julio, es así como surge y se concreta el nombre de Julio Benigno Méndez Vallejo.
Después de todo este lío, mi padre no se enfermó del coraje. Ni cuando se enteró que todos los conocidos de la cuadra, miembros de mi familia me llamaron “Beny”.
En la actualidad me doy cuenta que pase lo que pase, digan lo que digan y hagan lo que hagan, nunca cambiará mi nombre original.
Es por eso que mi cuestionamiento, relativo al comentario realizado por el Presidente de la Republica, en que si no cumple con que los medicamentos se distribuyan y realmente lleguen a su destino, él se dejara de llamar Andrés Manuel López Obrador; a mí ¿en qué me afecta o beneficia?.
Ahora si se tratara del filosofo, farmacólogo, científico y astrologo Claudio de Pérgamo, quien elaborara cerca de quinientos libros y tratados médicos científicos, y cuya trayectoria destacó en la medicina moderna, fue suficiente para llamarlo Claudio Galeno; y en ese caso, hasta yo me cambio de nombre.
Se entiende que en la actualidad los gobiernos en función quieran ahorrar los recursos económicos como del mismo modo es aceptable la trillada lucha contra la corrupción. Lo que si no es entendible, es cómo es posible que jueguen con las vidas humanas todas las autoridades de salud pública.
Ahora, no es sólo culpar al gobierno, hay que tener en cuenta que solo hay tres principales distribuidoras de insumos en México, Grufesa, Dimesa y Maypo. Empresas que quieren construir su oligopolio, sin importarles realmente la salud social. Es aquí cuando Claudio Galeno se cambiaría de nombre de la vergüenza ante esta lamentable situación.
Si Galeno viviera en la actualidad y pudiera unirse al osito coca cola, a las papas Sabritas entre otros no habría desabasto de medicamentos, ya que con ellos llegaría hasta el último rincón de la nación.