PROYECTO DE PRESUPUESTO DE EGRESOS DE LA FEDERACIÓN 2022, SIN CAMBIOS SIGNIFICATIVOS
Samuel Aguirre Ochoa
El pasado 8 de septiembre fue presentado por el actual secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ante la Cámara de Diputados Federal la propuesta de ingresos y egresos del ejercicio fiscal 2022, que contempla ingresos por poco más de 7 billones de pesos. Se trata de la cantidad de dinero que recaudará el gobierno federal y cómo se propone distribuir estos recursos en atender las necesidades de la población mexicana durante el año.
Los expertos consideran este proyecto como optimista debido a que Hacienda estima un crecimiento de la economía del 4.1%, porcentaje muy superior al que consideran ellos, de sólo 2.9%; a que el gobierno de la 4T llega con una reducción de casi 44% de los colchones financieros con los que contaba en su arranque; a que considera una reducción de 14 puntos en el Derecho de Utilidad Compartida a Pemex, al bajarlo del 54 al 40%, lo que implica que dicha empresa entregará menos recursos a la Secretaría de Hacienda y a que considera que se incrementará la inversión privada, a pesar de la desconfianza e incertidumbre de los inversionistas privados. Esto en lo que se refiere a los ingresos.
En lo que al gasto del presupuesto se refiere no hubo sorpresas, se continuó con la misma línea de años anteriores, al dar prioridad a los programas asistenciales y las obras estelares del presidente López Obrador. A esos programas que ha utilizado y seguirá utilizando para la compra de conciencias y tener una clientela cautiva en los procesos electorales, al hacerles creer y sentir que tales apoyos los recibe de las manos del presidente, como si el dinero saliera del bolsillo personal del mandatario. Para 8 de estos programas se propone un gasto de 390 mil 299 millones de pesos, un incremento de 36% con relación al 2021, mismo que en gran parte se debe al aumento del monto en la cantidad de dinero entregado vía las Pensiones para Adultos Mayores. También a las grandes obras de infraestructura, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas a las que él le apuesta que sacarán de la pobreza a los mexicanos, pero que diversos analistas dicen lo contrario. Ya se observa, que estos últimos tienen razón, pues los costos de tales “megaobras” se han venido incrementando conforme pasa el tiempo.
López Obrador ya lleva 3 años de gobierno y no ha sacado de la pobreza a los mexicanos tal como lo prometió, por el contrario, ésta se ha incrementado de manera alarmante, conforme lo indican los organismos que miden el desarrollo de nuestro país, como el Coneval; así como tampoco ha disminuido la corrupción tal como lo señala el INEGI, ni la inseguridad como lo apunta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Pero la población mexicana lo reciente todos los días en carne propia, por la falta de empleo bien remunerado, la falta de atención médica ante el ataque de la pandemia y otras enfermedades, ante la falta de apoyos en las afectaciones que sufrieron por los desastres naturales, la desatención a la educación, la falta de apoyo a la vivienda, la negativa a vacunar los menores de edad y la lentitud del proceso de vacunación en general.
Se ha dejado de lado de manera casi total la construcción de obras de infraestructura de beneficio colectivo en colonias y pueblos, por lo que muchas familias viven sin agua potable, sin drenaje, sin luz eléctrica; no se construyen hospitales ni centros de salud y los que ya existen están sin medicamentos y sin equipo; tampoco se construye infraestructura carretera, y las que están, se encuentran en pésimas condiciones, llenas de hoyos, convirtiéndose en un peligro para los que transitan por ellas; el campo está abandonado, descapitalizado y la emigración se ha incrementado, no se adquieren reservas territoriales para dotar de lotes de interés social a las familias que no tienen en donde vivir y existe una negativa a regularizar los asentamientos que por alguna razón no han concluido con ese proceso.
En el Proyecto de Egresos también se observa una disminución del presupuesto a organismos autónomos como el INE y al cuidado del medio ambiente. Éste deberá ser discutido por los diputados y aprobado a más tardar el 15 de noviembre.
La semana pasada dije que se observaba un incremento en el gasto público y una disminución en los ingresos fiscales que, con el tiempo, ponen en riesgo el que puedan cubrirse los montos que implican los programas sociales de la 4T y que, además permita realizar las obras de beneficio común que no se están construyendo, que los actuales gobernantes deberían pensar cómo incrementar los ingresos para que no se genere una crisis social en el país, sin embargo, por ningún lado se ve alguna propuesta congruente que tienda a resolver este déficit. Por el contrario, el presidente dijo que no molestará con impuestos progresivos a los grandes empresarios, que vieron crecer sus fortunas en plena pandemia, al mismo tiempo que señaló, que su gobierno “facilitará” el proceso para pagar impuestos a todo el que desee hacerlo, afirmación que debe entenderse, como que seguirán pagando impuestos los contribuyentes actuales y que buscará que paguen impuesto los trabajadores informales: los que de por sí ya viven en condiciones penosas.
Así las cosas, no se vislumbran cambios favorables para los mexicanos en el 2022, la desigualdad y la pobreza seguirán imperando, y la prosperidad prometida por la Cuarta Transformación será una quimera. La transformación en México requiere de la organización del pueblo trabajador, de la acción consciente en la toma del poder en sus manos y no de un “iluminado” que no entiende la realidad y que en los hechos está gobernando para la “mafia del poder”, a la que tanto criticó y atacó.